domingo, 1 de noviembre de 2015

Carta Pastoral

Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 1 de noviembre de 2015 / Carta Pastoral / Gabinete de Prensa.

Mis muy amados Hermanos en Cristo, sean la Luz y la Paz del Señor con todos ustedes, y El les conserve sanos y puros de pensamiento para la vida Eterna. Amén.

En estas fechas, los cristianos celebramos un día para recordar a nuestros queridos difuntos, y un día a honrar a todos los Santos, que se encuentran en el Reino en Comunión con Dios nuestro Señor.

Fechas de alegría y de reflexión, de añoranzas y recuerdos, pero sobre todo de esperanza.

Alegría, por que sabemos que los que hoy nos faltan, fueron a la Luz del Señor, y están con El en el Reino, donde nos esperan, hasta el día en que todos nos volvamos a ver.

“...25Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque 
muera, vivirá, 26y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees 
esto? 27Ella le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de 
Dios, el que viene al mundo. (Juan 11:26) “

Alegría, pues sabemos que los que fueron a la Luz antes que nosotros, están ya descansando en el Seno Divino, tal como Jesús nos anunció durante Su estancia entre nosotros:

“1No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí. 2En la 
casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; 
porque voy a preparar un lugar para vosotros. 3Y si me voy y preparo un 
lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo 
estoy, allí estéis también vosotros.... (Juan 14:2) “

Reflexión, por que seamos conscientes que esta vida humana nuestra es un instante en la eternidad que nos espera. Que nuestros cuerpos físicos no son sino el capullo en el que se encierra lo mas valioso que tenemos: Nuestro espíritu inmortal, que no está sujeto al paso del tiempo, al envejecimiento, a la enfermedad o cuales quiera otros padecimientos humanos. Es por ello, que el Creyente desprecia su cuerpo, y no tiene miedo en entregarlo graciablemente 
como los miles de mártires que hoy lo entregan gustosamente en oriente ante la barbarie del martirio sin sentido y el asesinato fratricida. No somos sólo esta carne, y estos huesos, estas vísceras y este tiempo. Hay mas, mucho más que nos espera al final de este corto camino. 

Pensémoslo siempre, pero sobre todo cuando una duda, una sombra, una leve preocupación por nuestro bienestar en esta tierra, no nos deje ver lo que nos espera mas adelante.

Añoranzas, por que en estos días (como me imagino que en tantos otros), recordaremos pasajes, y anécdotas de nuestras vidas junto a los que se fueron. Y curiosamente no recordaremos padecimientos y malos momentos, sino alegrías y sonrisas, que dimos, o ellos nos dieron. Recordar siempre lo bueno, es una señal de Paz interior, y que deseamos Paz a quienes ya no están físicamente a nuestro lado, pero permanecen día a día con nosotros, para recordarnos, y que les recordemos. Los fantasmas, son las almas de aquellos a quienes todo el mundo ha olvidado ya, que suplican oraciones por sus almas, ahora que nadie lo hace.

Pero sobre todo, estos días, hermanos, son días abiertos a la esperanza. Esperanza en esa humanidad que camina desde hace inmemoriales siglos en busca del progreso y de la paz. Tal vez, algún día la humanidad sea una sola, y luche unida no contra un enemigo común, sino contra aquellos males que hoy la aquejan y de los que se duele este viejo mundo al que llamamos con orgullo nuestro, pues el Señor nos lo dejó para administrarlo: la pobreza, la enfermedad, la falta de amor y comprensión, la falta de entendimiento, la falta de caridad y de compasión.

Hermanos, como dice Pablo en Corintios en aquella inolvidable carta, aspiremos a los dones mejores. No olvidemos que los que a nosotros mismos nos llamamos Cristianos, es decir seguidores de Jesús (Jashua bin Joseph), Jehová, El Cristo, tenemos una misión que cumplir en esta tierra, bajo un solo mandato cristalinamente claro:

“...32 Si Dios es glorificado en El, Dios también le glorificará en sí mismo, y le glorificará enseguida. 33Hijitos, estaré con vosotros un poco más de tiempo. 
Me buscaréis, y como dije a los judíos, ahora también os digo a vosotros: 
adonde yo voy, vosotros no podéis ir. 34Un mandamiento nuevo os doy: que 
os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os 
améis los unos a los otros.... (Juan 13:32-34) “

Y qué difícil es amar al hermano!. Cuanto más a aquellos a los que no consideramos como tales, por miserias humanas que no tienen trascendencia en el tiempo, pues lo que hoy es, mañana no parece, y los enemigos de hoy, volverán a ser amigos otro día.

“ ...31Y así como queréis que los hombres os hagan, haced con ellos de la 
misma manera. 32Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33Si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo 
mismo....(Lucas, 6:31-33) “

Yo, pecador como soy, he cometido en mi vida muchos errores humanos, por desidia, por orgullo, por no saber o no querer ver mas allá que mis torpes ojos humanos y mi poco aprestado intelecto. De corazón hermanos, pido perdón a todos por cuanto de mal haya podido hacer, pues aunque peregrino en el Camino, siempre hay alguna piedra con la que tropezar por torpeza.

Y así, no hagamos ejemplo de nadie, sino de Cristo nuestro Señor, y pidamos la ayuda del Espíritu Santo, para que nos ayude a superarnos, pues estamos aquí para eso, no para dejarnos dominar por el rey del mundo, y la carne.

Dios nuestro Señor, les conceda la Paz en sus hogares y el amor de los suyos, una larga vida para dedicarla a los demás, y un motivo para ser felices, y hacer felices a los demás, cada día.

Mi bendición Apostólica, y mi triple y entrañablemente fraternal abrazo en Cristo.

Ricardo Curto
Servus Servorum Domini

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