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jueves, 10 de mayo de 2012

Periodistas contra el interés general


Telde (Gran Canaria), 10 de mayo de 2012 / Artículo de Opinión / Eloy Cuadra Pedrini.

John Swinton era redactor jefe del New York Times allá por el año 1980, cuando, en una cena de gala del gremio periodístico, quisieron darle un premio. Entonces,  el bueno de John tomó el micrófono y dijo lo siguiente, ante la sorpresa del general de los presentes: “No existe lo que se llama prensa independiente, a menos que se trate de un periódico de una pequeña villa rural. Vosotros lo sabéis y yo lo sé. No hay ni uno solo entre vosotros que ose expresar por escrito su honrada opinión, pero, si lo hiciera, sabéis perfectamente que vuestro escrito no sería nunca publicado. Me pagan 150 dólares semanales para que no publique mi honrada opinión en el periódico en el cual he trabajado tantos años. Muchos, entre vosotros, reciben salarios parecidos por un trabajo similar, si uno cualquiera de vosotros estuviera lo suficientemente chiflado para escribir su honrada opinión se encontraría en medio de la calle buscando un empleo cualquiera, exceptuando el de periodista. El trabajo de periodista de Nueva York consiste en destruir la verdad, mentir claramente, pervertir, envilecer, arrojarse a los pies de Mammón, vender su propia raza y su patria para asegurarse el pan cotidiano. Vosotros lo sabéis, y yo lo sé; así pues ¿a qué viene esa locura de brindar a la salud de una prensa independiente? Somos las herramientas y los lacayos de unos hombres extraordinariamente ricos que permanecen entre bastidores. Somos unos polichinelas; ellos tiran de los hilos y nosotros bailamos al son que ellos quieren. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas, son propiedad de otros hombres. Nosotros, somos unos prostitutos intelectuales”.

John Swinton, gran discurso, que bien podría haber pronunciado en cualquier evento similar acontecido en la Canarias del año 2012 y nadie se habría extrañado lo más mínimo, pues eso mismo que cuenta sucede hoy en nuestras islas multiplicado por algunas cifras. Aunque, después de esta entrada, con el título que le he puesto al artículo, es de prever que muy pocos periódicos digitales o en papel quieran publicarlo, ofendidos tal vez por mis comentarios. Condenado al ostracismo más absoluto me arriesgo a estar en adelante, pero a veces hay que tomar riesgos, bastará con que al menos lo lean ustedes señores y señoras periodistas y lo mediten un poco cuando estén solos, minutos antes de conciliar el sueño. “El cuarto poder”, ¿les suena? Hoy, más que nunca, ustedes los periodistas son depositarios de un gran poder que no utilizan, no al menos para ponerse del lado del interés general de los ciudadanos que sufren, que no son pocos. Imaginemos por un momento que Supermán existiera, con su capa y sus calzoncillos por fuera, y también con sus superpoderes, y que estuviera contratado en exclusiva como escolta del señor Bermúdez. ¿Qué diríamos de él? Menudo traidor, sería lo mínimo.

Ustedes, no digo todos pero sí la mayoría, están dejando de contar muchas verdades que atañen a los que mandan que ayudarían al pueblo a quitarse la venda y despertar del engaño en el que muchos ciudadanos todavía viven. Es posible que algún ofendido plumilla argumente en este punto que así es en todos lados cuando de periodismo se habla, y no llevará parte de razón, el miedo es libre y el dinero goloso, pero es que en Canarias somos campeones de Europa en servilismo mediático, ya podrían ponderarse un poco, o disimular de vez en cuando. Como hacen, por ejemplo en el Reino Unido, donde no dejan títere con cabeza cuando se trata de sacar trapos sucios de los de arriba, y no se salva ni la Casa Real. Allí, hay periodismo de investigación con profesionales más hábiles que la propia policía secreta a la hora de llegar a la verdad. ¿Han oído aquello de “la información es poder”?, pues hagan la afirmación inversa y aplíquenlo a Canarias. Y así estamos, teniendo que leer panfletos y boletines de propaganda institucional siempre con las mismas caras falsas y sonrientes, siempre con los mismos trajes embutidos, mientras el pueblo se desangra a golpe de atropello.

Perdonen, se me olvidaba: es que ustedes también se juegan un sueldo, y tienen familia, y letras que pagar. Pues no me vale ese argumento. No vale mantenerse al margen cuando tu profesión afecta a seres humanos, porque lo que muchos de ustedes callan trae sufrimiento a otras muchas personas. Entiéndanlo, no trabajan con tomates o con alpargatas, trabajan con información que afecta a personas, tal como les sucede a los médicos, a los policías, a los profesores, a los jueces y también a los políticos, aunque de éstos últimos nada podemos esperar ya. Existe algo a lo que llaman ética –no sé si en las facultades de Periodismo donde estudiaron les comentaron algo de esto-, y la ética implica responsabilidad, y compromiso, y ponerse en lugar del otro, y no venderse al mejor postor, y ser valientes, y ser honestos, y bueno… quizá son demasiadas cosas para una profesión como la vuestra.

No sé, hay quienes creemos que es el amor lo que mueve al mundo, otros, en cambio afirman que es el miedo, y, sinceramente, a veces llego hasta dudar de estar en lo cierto.

domingo, 5 de febrero de 2012

El 012, más vale tarde que nunca.

Santa Cruz de Tenerife, 5 de febrero de 2012 / Artículo de Opinión / Eloy Cuadra Pedrini.

Imagino que se habrán hecho eco de la noticia que adelanta un medio digital bajo el titular de "Canarias pide a Industria que abarate el coste del 012".[1] Si no es así pueden buscarlo en Google y seguro que les aparece. Parece ser que al fin se mueve el Gobierno de Canarias por el asunto, a raíz de los escritos varios que presenté hace cosa de un mes, aunque hasta la fecha no he recibido comunicación por escrito alguna por parte del Gobierno ni de ninguna otra institución. En cualquier caso, no está mal lo que se adelanta en la noticia, abaratar el coste al precio de una llamada local. Nada se dice no obstante de revisar los contratos que hay firmados con la empresa suministradora del servicio y renegociarlos a la baja a un precio más acorde a la realidad social que vive Canarias, tal cómo se ha hecho en Cataluña.

Nada se sabe de cómo y bajo qué condiciones se firmaron las anteriores contratas con la empresa prestadora del servicio. Tampoco dice nada el Gobierno sobre la petición que se le hizo de hacer públicos los teléfonos 922 239301 y el 928 219030 de tarificación normal equivalentes al 012, gratis para los que posean tarifa plana. Nada comentan sobre el coste absurdo que supone tener un teléfono 012 operativo las 24 horas cuando es usado mayoritariamente para pedir cita con el médico de cabecera y además tenemos un 112 para urgencias, pues, ciertamente, no creo que sean muchos los que pidan cita con el médico de cabecera a las 3 de la madrugada. Lo triste del asunto es que han tenido que pasar 12 años de servicio 012 y muchos millones de euros gastados por los canarios y canarias, 12 años en los que nada se hizo por reducir costes y ahorrar algo a la sufrida ciudadanía hasta que alguien a título particular decidió investigar y denunciar el asunto. ¿No son nuestros gobiernos y representantes públicos los que deben mirar por el interés general? Me parece que alguien hizo aquí dejación de funciones. En fin, seguiremos esperando acontecimientos, expectantes, a ver en qué queda todo al final, de momento nos quedamos con lo dicho: más vale tarde que nunca.

miércoles, 1 de febrero de 2012

AMEC sindicato de estudiantes: culpables, por supuesto.

La Laguna (Tenerife), 1 de febrero de 2012 / Artículo de Opinión /  Eloy Cuadra Pedrini.

Nunca pensé que tendría que retomar tan pronto el hilo de mi último artículo, “¿Eres pobre?, entonces eres culpable”, pero así es, me quedé corto con los desahuciados, los inmigrantes, las mujeres, los ancianos, los enfermos, los parados, los indignados y los sin techo, también son culpables los universitarios comprometidos. Son culpables por defender los derechos de otros estudiantes, por ejercer su derecho a la libertad de expresión, por pertenecer a un sindicato estudiantil que no se deja comprar. Para el que no sepa de qué va la cosa, la cosa va de la Universidad de La Laguna, en Tenerife, donde hace cosa de un año el sindicato de estudiantes más representativo, la Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario, decidió emitir un comunicado de prensa criticando la tardanza de la Universidad en tramitar unas cuantas becas de otros tantos alumnos de Psicología. Hoy la misiva les trae de vuelta a los jóvenes sindicalistas un expediente sancionador que puede acarrear su expulsión de la Universidad, ahí es nada. El pecado que se les imputa es una falta de probidad. Y ustedes dirán: ¿qué es eso? Probidad es lo que pone en el artículo del texto sancionador, es una forma culta de decir honorabilidad, moralidad, honestidad, lo dicta una norma que entró en vigor en el año 1954. Sí, sí… leen bien, no me he equivocado en la fecha: ¡hace casi 60 años! Imaginen quién la pudo redactar.

Pensar que se les puede arruinar la vida a unos chicos por una falta al honor –por cierto inexistente- en pleno 2012, en Canarias, con la que está cayendo, es como para echarse a llorar, por no reír, o hasta temblar. Más allá de lo insultante del asunto, resulta paradójico que un cargo político como es el Rector castigue a jóvenes estudiantes aludiendo al honor, cuando el honor es casualmente lo primero que te dicen que olvides en todos los manuales de realpolitik de Maquiavelo a esta parte. En la Universidad, y fuera de ella, dos palabras resumen lo que está ocurriendo: impunidad y atropellos. Se entiende bien: la primera para los de arriba, lo otro para el 99% restante. Todo vale, y hasta ahora, también todo nos lo tragamos.

Y lo peor de todo, lo más triste, lo que en verdad me deja perplejo de este asunto de la Universidad, no es el hecho en sí –cosa esperable en un Rector puesto ahí por esa mano que todo lo mueve a este lado de las Islas-, es la nula reacción del resto del espectro universitario ante tamaño atropello, en especial de los profesores.

Sinceramente, no entiendo cómo no sale todo el profesorado a escena –unos 1.700 en la ULL-, cómo no paran las clases, cómo no toman el rectorado para exigir que se revoque tan injusta decisión. Y ya me parece vergonzoso que se mantengan callados ante lo que sucede fuera del campus, en la calle, en España. Así, grave me parece que no alcen la voz como intelectuales que son para desmontar discursos de políticos y banqueros, algo que harían muy bien a poco que se esforzaran y buen servicio que nos prestarían a todos. Grave me parece porque ellos son en definitiva los padres académicos de las generaciones jóvenes y de las que vendrán, y los están mandando poco menos que al matadero sin un ápice de conciencia crítica en sus alforjas. Aún más indigno este silencio cuando se trata de defender de un daño inminente a sus propios alumnos, tal vez a los más valientes, sin duda a los más comprometidos. ¿No se dan cuenta del mensaje que están ayudando a sembrar? ¿Qué creen que pensará el resto del alumnado en adelante, cuando vean lo que les pasa a los que disienten un poco? Si a estos 20 alumnos los condenan hoy, por muchos años no habrá un estudiante que ose levantar la voz en la Universidad de La Laguna.

¿Señores docentes qué les está pasando? ¿Cómo permiten tamaña injusticia? Ustedes tienen la llave. Ustedes y nadie mejor que ustedes para parar esto. ¿No entienden lo que está en juego? ¿Les da lo mismo o acaso es el miedo lo que les retiene? ¡Por favor! Si son funcionarios públicos la mayoría con plaza fija… ¡¿a qué le temen?! Debe ser que ha cambiado mucho la historia últimamente. Y es que en Filosofía, en la ULL por cierto, me hicieron creer que los profesores tienen una responsabilidad social muy grande por cuanto que no se trata sólo de formar a técnicos especialistas en algo, se trata de construir sujetos morales. Parece que eso era sólo un cuento romántico y trasnochado que nos creímos yo y algunos más, y a tenor del silencio de mis antiguos profesores es posible que tampoco ellos se lo tomaran muy en serio cuando nos lo decían.

En fin, triste panorama allá donde miremos. Tan sólo confiar en que este texto llegue a manos de algún profesor o profesora, y en esas recapacite y se pregunte si no hay algo que aún pueda hacer por estos 20 estudiantes valientes, ahora culpables, por ser valientes, y no los sancionen. Es posible, aún es posible. Tal vez algo iluso, confío en que así será.

miércoles, 18 de enero de 2012

¿Tiene sentido la izquierda en un mundo derechizado?

(1ª Parte)

Santa Cruz de Tenerife, 18 de enero de 2012 / Ensayo / Eloy Cuatras Pedrini,

En plena ola de recortes, privatizaciones y sometimiento de los ciudadanos a los designios de poder económico de la mano de la derecha, todavía hay algunos que no nos resignamos a ceder a este tsunami y seguimos buscando a esa izquierda emancipadora que nos salve. Con ese objetivo, se habla de una nunca completada unidad de la izquierda como vía única, pero también son muchas las voces que, al amparo del descrédito de la actividad política, no apuestan ya nada por lo que queda de la izquierda y optan por tirar la toalla ante cualquier lucha que no sea el “sálvese quien pueda”.

Consciente de ello, abro hoy la pregunta por el sentido de la lucha en pos de un mundo más humano, digamos desde la izquierda, como también cabría desde cualquier otra situación o paradigma. ¿Sirve de algo esta lucha o son hormigas contra gigantes? Aquellos que me conocen igual intuyen de antemano la respuesta, afirmativa. Pues no estén tan seguros, en las pasadas semanas, a la sazón de mi última denuncia pública, más de uno me ha tildado de temerario, de loco y hasta de ingenuo, por creer que se puede conseguir algo enfrentándose al poder establecido, y en verdad que me han hecho dudar realmente. He aquí los motivos que me llevan a formular, y a formularme, dicha pregunta, que hago extensiva a todos los que quieran acompañarme en el empeño.

Antes bien, la pregunta lleva implícita una afirmación, la derechización del mundo, algo que a mí al menos no me ofrece ninguna duda. Pero, más allá de lo que yo piense, ¿es realmente así? Conviene aclarar bien esta cuestión antes de proseguir.

I.- Un mundo derechizado.

¿Cómo si no podríamos llamar a una Europa que es un fortín de los Mercados y sus adjuntos de la derecha? Como muestra un dato: a día de hoy sólo Eslovenia y Chipre, países irrelevantes, soportan en el viejo continente gobiernos que no son de la derecha oficial. Así, en todo el Occidente conocido, sólo estos dos países y los de la recientemente creada CELAC, hablan un idioma algo distinto al que utilizan los guardianes del ultraliberalismo dominante. A unos les parecerá poco, a otros el camino hacia un nuevo comienzo, pero mis apuntes no van por ahí. Lo que realmente quiero plantear al hablar de la derechización del mundo no es el color de los gobiernos, algo que es evidente y nadie puede discutir. Mi afirmación apunta sobre todo a la derechización de las conciencias, a la aniquilación de cualquier acto de rebeldía individual que pasa por la narcotización de las voluntades de eso a lo que hemos dado en llamar sociedad civil.

De nuevo hallaremos pruebas muchas de este realidad, en un pasar del zoon polítikom, el animal político que definió Aristóteles, a ese “gran lactante” del que hablaba Fromm hace ya unas cuantas décadas, “el eterno consumidor: se embute bebida, comida, tabaco, turismo, conferencias, libros, películas…, todo lo consume, todo lo traga. El mundo es para él un enorme objeto para satisfacer sus apetitos: una botella grande, una manzana grande, una teta grande… Y el hombre ha llegado a ser el gran lactante, siempre a la espera de algo y siempre decepcionado”. Nunca un texto de hace 50 años pareció más actual que este, y es que hoy, desgraciadamente, tenemos al ciudadano prefabricado perfecto para cualquier gobierno manipulador de masas.

Algunos indicios que hacen del ser social occidental un ser sin conciencia los vemos en la indiferencia general al sufrimiento de tantos seres humanos de esos a los que llamamos los Otros, puesta de manifiesto de manera sangrante en la pasada década, con la incesante llegada de barcazas-tumba al continente europeo ante lo que nada hacíamos, una indiferencia que se ha trasladado ahora ya también al sufrimiento de nuestros propios conciudadanos, atrapados por la miseria también aquí tras el advenimiento de la tan nombrada crisis. No hay conciencia de especie, quizás porque el individualismo que está en la base de la ideología neoliberal, a fuerza de vivirlo de generación en generación, ha quedado inserto en lo más profundo del ciudadano occidental como algo casi propio de su esencia. Sobra decir que el individualismo está en las antípodas del ciudadano cosmopolita, comprometido y solidario que propugnaba el pensamiento de izquierdas, un individualismo que deriva en sociedades como las que tenemos hoy, con masas de personas donde nadie conoce a nadie, donde todos desconfían de todos, donde nadie lucha por nada que no sea él mismo. Pero el individualismo es sólo una faceta más del ser social, que no estará definido plenamente si no hablamos del miedo, de la banalización de la cultura, de la ausencia de conciencia crítica, y, finalmente, de la resignación andante en la que se han convertido la mayoría de las personas a este lado de Europa.

El miedo, no hay más que ver lo que nos ofrecen los noticiarios de cualquier televisión oficialista: atentados, accidentes, atropellos, guerras, terrorismo, robos, crímenes, violencia, engaños, epidemias, catástrofes naturales…, todo vale con tal de que sintamos que son mil los peligros que nos acechan. Y así, al cabo de un tiempo de reproducir la fórmula, acabamos por interiorizar sin darnos cuenta esta sensación de permanente inseguridad y terminamos por vivir en base a ella, con desconfianza y miedo a todo y a todos.

En este proceso de alienación permanente de lo humano, la banalización de la cultura hace también su parte del trabajo a través del control total de los medios de comunicación y la cultura de masas. Los medios generalistas puestos al servicio del poder establecido, son los que controlan y nos dicen lo que hay que ver, lo que hay que vestir, lo que hay que leer, lo que hay que consumir, lo que hay que hacer, y finalmente, lo que hay que pensar. Evidente, esos medios al servicio del poder no darán salida a ninguna información real de lo que pasa, tampoco venderán ningún producto cultural o hábito de vida sano que nos ayude a crecer como seres autónomos. Así las cosas, acabamos consumiendo cantidades industriales de telebasura por televisión en forma de deporte, sexo, violencia gratuita, morbo, concursos prometiendo hacerte rico en dos preguntas, intimidades de otros y sensacionalismo barato, aderezado con mucha publicidad donde todo el mundo es feliz y guapo. Y el drama que está detrás de este proceso prolongado en el tiempo, es pasar sin darnos cuenta de ser Homo Rationalis, esto es, seres racionales eminentemente simbólicos acostumbrados a procesar información a través de la lectura, y de la palabra escrita, de manera más elaborada, a tragarla directamente y asimilarla sin proceso ni análisis previo alguno, a través de la imagen que nos llega con su discurso ya implícito. Así, terminamos por ser, como apuntaba Sartori, simples Homo Videns que vivimos la vida cual observadores pasivos, tal cómo otros han decidido por nosotros que la vivamos.

Antaño, la educación aún guardaba espacios de disidencia del poder establecido a los que agarrarse en busca del pensamiento crítico; hoy, con el Plan Bolonia, ni tan siquiera eso. Hoy la educación está controlada también por los resortes del poder, se ha hecho clasista, y en ella prima la formación técnica utilitarista de especialistas al servicio del Mercado por encima de la formación integral de seres humanos con una visión ética de lo que pasa en el mundo.

Con estos mecanismos funcionando continuamente sobre nosotros, pensar en la posibilidad de encontrarnos al ciudadano con conciencia crítica preocupado por el mundo y los seres que en el habitan es pedir demasiado. Los occidentales hoy, moleste a quien moleste, somos individuos muy incompletos, apenas un reflejo lejano de lo que debe ser un ciudadano. Y el resultado final, salvando algunas excepciones a la regla, es justo lo que tenemos: personas cargadas de miedos que no imaginan ni de lejos lo que significa una conducta cívica, desconocedores de la potencia que alberga cada ser humano, resignados a lo que el destino, la suerte y los que piensan por ellos decidan.

Mi opinión al respecto es pues meridiana: el ciudadano occidental es el prototipo perfecto de individuo manipulable, pura mercancía, está derechizado. Y no vale aquí aludir al Movimiento 15M para rebatir tal afirmación. Es posible que el núcleo inicial del movimiento sí que estuviera formado por ciudadanos críticos autónomos, pero lo que vino después no fue más que una repetición de lo mismo: gente que salía a la calle más por moda, porque aquello salía en los medios, porque había que protestar. Cierto, también había muchos que ansiaban un cambio, una revolución, pero no entendieron que esa revolución pasaba irremediablemente por una primera revolución interior, individual, de cada uno frente al mundo. No lo entendieron, siguieron esperando que otros les mostraran el camino, que otros les dijeran lo que había que hacer, lo que había que votar, hacia dónde había que caminar. Al cabo de un tiempo de salir a la calle sin encontrar a ese líder carismático, la masa alborotada dejó de creer en que aquello sirviera para algo y volvió al redil, retornó a su estado de lactancia permanente. Ha pasado casi un año desde aquel 15 de mayo del 2011, la derecha y los mercados siguen apretando, vuelta de tuerca tras vuelta de tuerca, los ciudadanos seguimos arrodillados, sin indicios que animen a pensar que la gente va a volver a salir a la calle.

Y esto es lo que tenemos los rebeldes de la izquierda, esta es la base social con la que hemos de trabajar para hacer de este mundo un lugar más justo. Entendemos ahora mejor el abandono de muchos, estamos en disposición de abordar ya la pregunta por el sentido mismo de la lucha social.

…continuará.

miércoles, 11 de enero de 2012

Escrito al Presidente del Gob. de Canarias, ante un nuevo abuso a los ciudadanos canarios.

Las Palmas de GC, 11 de enero de 2012 / Escritos / Eloy Cuadra

Hola a todos y todas, ¿preparados para un año duro? Yo sigo con mil asuntos, como siempre. El último es este escrito que os paso, un escrito que presentaré mañana en la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias, a las diez de la mañana, para denunciar lo que está pasando desde hace años con el servicio de atención telefónica del Gobierno de Canarias 012, y el abuso tan grande que el mismo supone, por lo que nos cuesta, doblemente, porque pagamos con nuestros impuestos a una empresa privada la friolera de 16 millones de euros por la contrata por dos años (mucho más que en el resto de CCAA)y además nos cobran la llamada al 012 bastante cara, porque encima cargan el 90% de esos 16 millones al Servicio Canario de Salud, con la que está callendo, y por otras muchas más consideraciones que podrán ver mejor en el texto que les paso.

Como digo, el escrito lo presento mañana jueves, a las diez, en Presidencia del Gobierno de Canarias. Lo presento a título particular, también espero presentarlo al Defensor del Pueblo y a algún que otro organismo más. Habrá que ver qué contestan desde el Gobierno de Canarias. La idea es que siga circulando el asunto, y el escrito, entre colectivos sociales, particulares, sindicatos y partidos políticos, y que sigan presentándose escritos, denuncias y reclamaciones en tantas vías y formas como se determinen. Un ciudadano solo poco puede hacer, igual pasan de mí, igual no, pero si son más las iniciativas en el mismo sentido la cosa cambia. Pronto espero que esté el texto colgado en varias web para que sea público y se pueda descargar.

Pues nada, esto es todo de momento, ruego que lean el texto con detenimiento, es un asunto creo que bastante grave que merece la atención de todos. Yo estaré allí mañana, en Presidencia del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, donde el rastro, a las 10.00 horas, para presentar el escrito, si alguien quiere acompañarme bienvenido es, será más divertido. Ya pasé una nota de prensa invitando a los medios a asistir, igual va algún medio, espero que sí.

Saludos afectuosos,
Eloy Cuadra

martes, 6 de diciembre de 2011

Canarias, paraíso de la impunidad… ¿o no?

Tenerife, 06 de diciembre de 2011 / Opinión / Eloy Cuadra

Canarias… paraíso del sol, del mar, de la buena comida, de la fiesta, de la buena gente, de la naturaleza…, sí, es cierto, por eso vine yo a vivir aquí hace 20 años, lo que no me explicó nadie es que Canarias también es tierra abonada a la corrupción, y aún peor, a la corrupción que no recibe castigo, un verdadero paraíso de la impunidad.

Imagino que ya sabrán a lo que me refiero. Lo que se viene conociendo del sumario del caso Las Teresitas es del todo punto escandaloso, especialmente en la persona del máximo responsable político de la trama, y no porque sea menos lo que le toca a los empresarios, es que a los empresarios se les supone ya de serie el ansia de beneficios a cualquier precio, cosa que en teoría no le va al señor político, servidor público, puesto ahí por y para sus ciudadanos. La realidad es que en Tenerife la mayoría de los que hoy ostentan cargos públicos faltaron a clase el día en que tocaba comentar aquel famoso imperativo categórico de la ética kantiana, y parece que no lo hicieron cuando se leyó a Adam Smith y aquello de la preocupación por lo propio, y algunos han salido alumnos aventajados.

Sí, sí… estoy hablando del señor Zerolo, el mismo al que la señora Tavío quería hacerle un homenaje institucional adelantando un mes el día de los inocentes. ¿De dónde sacó el señor alcalde el dinero para estar 28 meses sin mover ni un céntimo de su cuenta corriente? ¿Quién se cree que alguien pueda tener tanta suerte para que le toquen en dos semanas nada menos que 145 décimos de lotería premiados?

Todo esto y mucho más se viene sabiendo desde hace cosa de una semana… ¡y aún no ha pasado nada! Y yo no salgo de mi asombro, no entiendo, no doy crédito a la indolencia y el entreguismo al que asisto. ¿Dónde están los partidos que se dicen de izquierdas?, ¿dónde andan las plataformas combativas, el 15M, las asambleas, las asociaciones de vecinos?, ¿dónde está la indignación de un pueblo meado, cagado y apaleado hasta el hartazgo? O tal vez sí entiendo, cuando un escándalo que en cualquier otro sitio sería portada de todo durante un mes entero aquí sólo es tratado medianamente en los medios de la isla de enfrente y en algunos medios digitales.

Entiendo, empiezo a entender, y es una lástima. Una lástima porque si fuéramos los tinerfeños más combativos estaríamos promoviendo ya una iniciativa ciudadana para llevar al Pleno del Ayuntamiento, justo la contraria a la que quería llevar doña Cristina: una condena política a un señor exalcalde que ha hecho todo lo que parece que ha hecho. Imagino la escena, con media ciudad clamando en el exterior del Ayuntamiento esperando a ver la cara de los señores concejales del PP, de CC y del PSOE votando en contra de la propuesta… ¿o no?

Ciertamente, es una lástima que estemos en Tenerife, si fuéramos los tinerfeños más combativos estaríamos promoviendo ya una iniciativa amparada en el artículo 77 de la Constitución Española, para llevar miles de firmas al Senado y pedir que remuevan de su cargo al señor Zerolo.

Es una pena que aquí estén los brazos tan abajo, si fuéramos los canarios más combativos existiría ya desde hace tiempo una plataforma de plataformas enfocada a luchar contra la impunidad de todos estos, entonces otro gallo nos habría cantado. Es una lástima, pero es que estamos en Canarias, paraíso de muchas cosas buenas y como vemos también de algunas malas, una tierra donde no parece tener cabida la conciencia crítica. En fin, es lo que hay. Me pregunto si podrá el canario levantarse algún día. Y quiero pensar que sí, y que será más pronto que tarde, pero… ¿y ustedes qué opinan?

jueves, 27 de octubre de 2011

Políticos: ¿vocación o élite?

Canarias, 27 de octubre de 2011 | Opinión | Eloy Cuadra Pedrini.

Mucho se está hablando esta semana de esa iniciativa ciudadana que pide que altos cargos de Ayuntamientos, Cabildos y Gobierno Autónomo renuncien a la paga extra de Navidad para destinarla a un fondo autonómico con el que ayudar a las familias más desfavorecidas que no cobran prestación alguna. Se está hablando, y en la calle la mayoría parecen estar de acuerdo, y también se les está preguntando a ellos, y ahí ya no parece estar todo tan claro. Se abre así un debate antiguo y no por ello menos actual: ¿deben los políticos estar muy bien pagados para así contar con los mejores, o debe ser la política algo más vocacional no necesariamente ligado al beneficio para así contar con los más honestos? ¿Qué dicen ustedes? Yo lo tengo claro, pero veamos, veamos un poco que es lo que resulta en cada caso.

Y bien, en un mundo como el de hoy, donde todo marca su valor por la cantidad de dinero que estemos dispuestos a pagar, es fácil pensar que si pagamos mucho a los políticos tendremos mucha competencia por llegar a alcanzar esos puestos, y en la competencia, vieja norma del libremercado, los que lleguen a ocupar el puesto serán sin duda los más válidos. Y así, cuanto más paguemos a los políticos mejores y más preparados políticos tendremos. Y aún cabe un argumento más a favor de esta tesis: al estar bien pagados estarán más a salvo de caer en la corrupción. ¿Quién puede rebatir estos argumentos? Se hace difícil a la luz de la lógica moderna. Pero bajemos un poco a la tierra, de la teoría a la realidad a día de hoy, Europa, octubre del año 2011. Estarán de acuerdo cuando afirmo que el mundo ha cambiado mucho en los últimos años, ha cambiado tanto que resulta complicado imaginar que podamos volver a disfrutar de la engañosa bonanza en la que vivimos en las pasadas décadas. Crisis, recortes, austeridad, congelación, recesión, rescate, déficit, deuda, quiebra, paro, miseria…, son algunas de las palabras con las que lidiamos cada día, es lógico que los recortes lleguen también a la esfera de la política. Es entonces cuando escuchamos al Presidente del Gobierno Canario decir que hay médicos que cobran más que él, como si eso estuviera mal.

Se olvida su señoría de que ya pasaron aquellos tiempos en los que un joven sin estudios ganaba 2.000 euros al mes en la construcción, y el patrón 4.000, y el constructor 20.000, y pelotazo va y pelotazo viene. Eso ya se acabó, toca optimizar, y puestos a pagar con dinero público, qué quieren que les diga, prefiero que se pague más a los médicos que salvan vidas, a los profesores que forman personas, a los ingenieros que inventan, a los biólogos que descubren o a los jueces y a los policías que nos defienden, y dejar el terreno de la política más abierto a la vocación, como fue antaño, como era cuando los griegos inventaron el asunto hace ya más de dos mil años. Y este y no otro es el escenario al que debemos movernos si queremos que la política recupere algo del prestigio que alguna vez tuvo, si es que alguna vez lo tuvo. Claro que, pensar que este nuevo escenario es posible, especialmente aquí, en Canarias, es pensar demasiado. Tendría nuestra clase política que renunciar al tren de vida al que están acostumbrados, tendrían que cambiar la praxis política, y la manera de pensar, y la manera en que ellos mismo se ven. ¿Es eso posible? Me temo que no. Pero, preguntémonos por la esencia del ser político y lo entenderemos mejor.

Preguntémonos si se parece en algo la actividad política al resto de profesiones a las que hemos aludido antes. En la respuesta a esta pregunta radica la centralidad de mi argumento. Porque el político no crea, no inventa, no cura, no tiene a simple vista habilidad técnica alguna, no se le pide ser experto, no es especialista en un campo concreto o al menos no es condición indispensable, como ocurre con el resto de profesiones. El político es, simplemente, el que se ocupa de ordenarlo todo, es el que piensa en el bien común, en el bien de otros, en el bien de todos, en lo mejor para todos. Esta y no otra es su esencia. El político, por tanto, habrá de tener sobre todo sentido común, sentido de lo que es justo y honradez. Volvamos a las profesiones y lo entenderemos mejor. Los médicos por ejemplo, los hay licenciados cum laude eminencias en su especialidad, y los hay médicos de familia en el ambulatorio del pueblo.

Unos cobrarán probablemente mucho dada su especial habilidad para curar determinadas patologías, otros, tal vez cobren menos, pero ambos son muy válidos en su profesión. Y este mismo razonamiento vale para cualquiera de las restantes profesiones de las que hablamos antes. Se admite pues el argumento de pagar más a los más valiosos. Ahora probemos a hacer lo mismo con los políticos. Complicado, para empezar porque no hay Universidad donde te den un título de honradez, no la hay para el sentido común, tampoco la hay para el altruismo. Dicho de otra manera: o se es honrado en su totalidad o no se es honrado en absoluto. No cabe pues decir que si pagamos mucho a los políticos tendremos a los más honrados y si les pagamos poco será normal que roben o se corrompan un poquito. No es posible porque admitir esto es romper con la esencia misma del ser político, hablaremos ya de otra cosa, de mercenarios, de impostores, de farsantes, de usureros, de lo que sea pero no de una persona que se preocupa por el bien común.

¿Lo entienden ahora verdad? Lo triste del asunto es que esta figura del ser político que yo defiendo es hoy apenas un vestigio de algo que fue. Hoy la honradez brilla por su ausencia en nuestros dirigentes. Busquen ahí el motivo del desapego, la poca fe, la desafección que el común de los ciudadanos tiene por el señor político. ¿Quien sabe si no estará también ahí el origen de todas nuestras crisis?