jueves, 12 de noviembre de 2015

Declaración del Comité Ejecutivo del PCPE sobre la situación en Catalunya


El bloque oligárquico-burgués, ante la profunda crisis de su sistema de dominación, trata de consolidar su poder absoluto abriendo un proceso de Segunda Transición
Hoy, como ayer, la clase obrera ha de luchar contra ese proceso de colaboración de clases y organizar sus filas para seguir su propio camino de forma independiente
Madrid (España), 12 de noviembre de 2015 / políticas -  PCPE / Gabinete de Prensa.


LA CRISIS ECONÓMICA SE CONVIRTIÓ EN CRISIS EN LA CÚSPIDE
Toda crisis que ocurre en la base económica se convierte, antes o después, en crisis de la superestructura. El actual camino, emprendido por un sector de la burguesía catalana, ha añadido un factor más que profundiza la actual crisis política del sistema de dominación en España. Esta situación el PCPE la ha caracterizado, hace tiempo, como crisis en la cúspide. Las clases dominantes de nuestro país, siguiendo su conocida línea pragmática, optan por aprovechar esta situación de conflicto para abrir camino a los consensos sociales necesarios que le permitan dar salida a su difícil situación sin perder la hegemonía.
Así, la agudización de la confrontación política y social en Catalunya, se va desarrollando en estos días hacia un claro avance en el reforzamiento de las posiciones más reaccionarias y autoritarias del dominante bloque oligárquico-burgués, cuyos intereses defiende y representa el actual Estado Español.
Asistimos a un claro cierre de filas de las fuerzas sistémicas en la defensa de la integridad territorial de la nación española como recurso político fundamental para mantener una dominación de clase que, como consecuencia de la crisis general del capitalismo, se ejerce cada día de forma más violenta, restrictiva de las libertades, y sustentada en lo económico en una brutal sobreexplotación de la fuerza de trabajo. El paro, la miseria, la desigualdad y la violencia del Estado golpean cada día con más fuerza a la clase obrera y a los sectores populares.
La férrea defensa de la unidad  del mercado, como mejor garantía de la supremacía de los monopolios, y una posición de encadenamiento a la UE son, junto a la necesidad de las clases dominantes de sacar del debate político y electoral los recortes sociales y la creciente pobreza, el paro y la precariedad laboral, muestra inequívoca del carácter clasista de esta estrategia. Estrategia que tiene el objetivo de alcanzar el máximo consenso político y social en defensa de lo que el actual gobierno de España presenta como “un acuerdo sobre la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de todos los españoles y el cumplimiento de la ley”.

BUSCANDO UNA SALIDA EN LA SEGUNDA TRANSICIÓN
A estas alturas del siglo XXI ee agotó el efecto balsámico que la Primera Transición tuvo sobre el desarrollo de la lucha de clases en España, que facilitó la recomposición del capitalismo en nuestro país a la salida de la dictadura anterior.
Hoy es el mismo bloque dominante de siempre el que hace un insistente llamamiento político destinado, en última instancia, a dar cobertura legal e institucional al ya iniciado proceso de la Segunda Transición, y a la búsqueda de unos nuevos Pactos de la Moncloa. Proceso en el cual el bloque oligárquico-burgués trata de integrar a una amplia variedad de fuerzas políticas y sociales, para dotarse de los consensos que necesita para legitimar la continuidad de su brutal y antidemocrático sistema de dominación. 
Esas clases dominantes tratan de que la, más que probable, reforma de la Constitución del 78 se dé en ausencia lucha a la ofensiva de la clase obrera. Y con la colaboración complaciente de las fuerzas políticas y sociales situadas en el oportunismo político tratan de establecer un amplio acuerdo sobre la base de la defensa de la economía de mercado, la pertenencia a la UE y a la OTAN, y la supuesta unidad indisoluble de la nación española. Un acuerdo político que, silenciando el conflicto social y la confrontación de clases, dé lugar a un nuevo periodo de estabilidad al capitalismo español en las próximas décadas. Se trata de resolver la profunda crisis política –crisis en la cúspide-, consolidando la hegemonía de un reestructurado bloque oligárquico–burgués que, de salir victorioso, aprovechará la ocasión para iniciar una aún más violenta ofensiva desde el poder del Estado contra la clase obrera y los sectores populares de todos los pueblos de España.

LA CLASE OBRERA TIENE SU PROPIO CAMINO
El PCPE llama a la clase obrera a seguir su propio camino, a no combatir bajo pabellón ajeno. 
El PCPE es una organización revolucionaria independiente que no participará en ninguna estrategia de las clases dominantes destinada a perpetuar la explotación de la clase obrera. Nos opusimos a la Primera Transición y a los Pactos de la Moncloa, y rechazamos frontalmente este nuevo proceso que trata de legitimar política y socialmente el futuro del decadente y reaccionario capitalismo español. El capitalismo futuro, mientras no sea derrotado y destruido, no será otra cosa que sobreexplotación, desigualdad, miseria, guerra, injusticia, opresión y violencia; es decir, continuidad de la dictadura del capital.
No hay libertad ni autodeterminación posibles en el marco de la UE y la OTAN, ni bajo la monarquía parlamentaria española. No hay avance social posible sin debilitar la actual dominación de clase; para lo que es necesario golpear y socavar con la lucha revolucionaria las bases materiales, políticas e ideológicas de esa dominación. En el Siglo XXI la burguesía, que es la clase que, en última instancia, pilota el proceso soberanista de Catalunya, jamás puede ser un factor de progreso. Por ello, quienes desde posiciones referenciadas en el campo popular llaman a la clase obrera y a los sectores populares en Catalunya a situarse detrás de la estrategia de esta fracción de la burguesía se convierten en útiles compañeros de viaje al servicio de la fracción que dirige el proceso, fracción que nunca renunciará a la explotación de la clase obrera como base de su sistema de dominación, ni en España, ni en una hipotética República Catalana. En un hipotético estado burgués catalán integrado en la Unión Europea, la clase obrera y el pueblo trabajador de Catalunya no tienen nada que ganar.
El firme compromiso del PCPE con el derecho a la autodeterminación de los pueblos y, consecuentemente, con el derecho del pueblo de Catalunya a decidir su futuro libremente, no se verá alterada ni un milímetro por ningún llamamiento unitario realizado desde el Estado. Es una posición de principios que nos reafirma en nuestra postura clasista, y por ello, a la vez que rechazamos la posición reaccionaria del gobierno español, nos lleva a denunciar el proceso que hoy se vive en Catalunya como una farsa política y social en la que casi nada es lo que dice ser, y donde se pretende confundir su soberanía nacional y el legítimo derecho del pueblo catalán a decidir su futuro con los intereses y necesidades de una fracción de su burguesía. 
Estamos en la etapa de las revoluciones socialistas, que vendrán como consecuencia del grado de agotamiento de la formación socio-histórica capitalista y del altísimo desarrollo de las fuerzas productivas, que crean las condiciones para la victoria de la clase obrera y su conversión en clase hegemónica en la sociedad. 
El PCPE, posicionando a la clase obrera en el centro de la lucha política de clases, y reivindicándola como la mayoría social que todo lo produce y por ello todo lo ha de decidir, materializa las condiciones imprescindibles para el ejercicio del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos. Ejercicio del derecho de autodeterminación entendido como un proceso de liberación de una situación de opresión hacia un estado superior de desarrollo social y político que, así, se puede concretar en la independencia de una nación si, en ese contexto, el pueblo lo decide. 
El PCPE propone a la clase un nuevo paradigma, que se concreta en la República Socialista de carácter Confederal, que sea resultado de la libre y voluntaria unión de  los pueblos y naciones de España. En ese contexto se crean las condiciones para que, también, el pueblo de Catalunya se pueda expresar en un verdadero referéndum de autodeterminación que le permita decidir sobre su futuro,  independiente o no, sin tener que elegir entre unas u otras cadenas.
El PCPE llama a la clase obrera de todo el Estado a organizar el contraataque frente a las estrategias del bloque oligárquico-burgués que trata de perpetuar su dominación absoluta reprimiendo violentamente, una vez más, los derechos nacionales del pueblo de Catalunya. Llamamos a la clase obrera catalana a no ser cómplice de las propias estrategias de la recomposición capitalista de la burguesía. 
La unidad combatiente de la clase obrera plantará cara a la estrategia de la Segunda Transición y abrirá el camino a la lucha por el poder obrero y el socialismo. El PCPE asumirá consecuentemente su papel al frente de la lucha revolucionaria de la clase obrera por su emancipación.
¡Por el derecho de autodeterminación. Por la unión libre y voluntaria de los pueblos y naciones de España en una República Socialista de carácter Confederal!

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