miércoles, 31 de marzo de 2010

LA CONSEJERÍA DE INDUSTRIA ENSEÑA A BORDAR


La Fedac, que preside Inés Jiménez, incentiva los oficios artesanos


Las Palmas de GC, 31 de marzo de 2010 |Gabinete de Prensa del Cabildo.

La Consejería de Industria, Comercio y Artesanía del Cabildo de Gran Canaria, impulsa los talleres de bordado desde la Federación para la Etnografía y Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac), cuya presidenta es la consejera Inés Jiménez.

Hasta el próximo 6 de mayo, la Fedac ofrece un curso de bordado en San Bartolomé de Tirajana. El lugar elegido para ello es la Casa Taller del municipio, en la calle Capitán Cortés, número 4 de Tunte.

Juana Antonia Rodríguez Suárez es la encargada de dirigir este curso. Para aprender a bordar, a fin de enriquecer una pieza, se usa de base o soporte una superficie de tela que se va cubriendo con puntadas, conformando los trazos del diseño elegido, que fueron previamente estampados, con el único recurso de una aguja que porta el hilo. Para la realización de esta labor se utiliza la almohadilla, el tambor o el bastidor en casi la totalidad de las ocasiones.

En el bordado existen unos pasos que se resumen en: elección de hilos y soportes, “cisnado”, bordado, lavado, recortado y repasado, planchado y embalaje.

El “cisnado” o estampado es el proceso por el que se pasa el dibujo a la tela. Este dibujo, previamente se diseña y se hace en papel, se perfora a la aguja o con una perforadora. Después se coloca el dibujo perforado sobre la tela, previamente cortada y marcada simétricamente, se frota la superficie de este con un paño de fieltro o esponja que antes se ha empapado en petróleo coloreado con añil en polvo. Tras este paso el dibujo pasa a la tela (estampado), en líneas de puntos.

Una vez se ha realizado esta primera fase la bordadora procede a la colocación de la tela en el soporte. Cuando se seca el cisne comienza el bordado rellenando previamente las zonas de realce y en algunos casos las de presillas anchas o almenadas. Después de que se realicen las presillas, se continúa con la ejecución del resto de los puntos que contenga la labor, dejando para el final los más propensos al deterioro.

Las presillas o festones consisten en una serie de puntadas paralelas en las que la aguja pasa siempre por el interior de la hebra restante, apretadas unas contra otras. Dada su configuración en cadena sujetan los bordes exteriores de la tela permitiendo su recorte por uno de sus lados en los bordados de “Richelieu”. En otras ocasiones se utilizan como un punto más en zonas de interiores sin recorte, en la realización de ojetes, sujeción de dobladillos, impedir que se deshile el tejido y decorado de zonas huecas.

Los ojetes o agujeros redondos realizados mediante presión con un instrumento cilíndrico de hueso o más rudimentariamente con una púa de pitera se rematan con presilla o realce de diferentes grosores y formas.

Se emplean, en este curso, mantelerías, sábanas, cuadros, tapetes, toallas y bolsas de pan, entre otros materiales.

Las materias primas son las telas de base y los hilos para bordar. Las telas de lino (hilo), para todo tipo de mantelerías, cortinas y colchas. También las telas de semihilo, mezcla de lino con algodón, tergal y batista. Los hilos de colores de algodón o seda tienen gran protagonismo.

Las herramientas que se emplean varían según la fase del trabajo a realizar. Se emplean además, papel grasa, papel vegetal, papel de seda, lápices, reglas, gomas, afiladores y tablero.

El perforado se realiza mediante una máquina para picotar el papel por los trazos del dibujo, o punzón con aguja y tablero de corcho para realizarlo manualmente.

Para el “cisnado” se cuenta con petróleo, añil en polvo, prensa o pesos, mesa de grandes dimensiones, esponja, recipientes de porcelana o cristal, forro enguatado para la mesa, tijeras, cinta métrica y dibujo perforado.

Ya para el bordado no pueden faltar almohadilla, agujas, alfileres, tijeras, dedal, dedil, ojetero, hilos de relleno e hilos de bordar.

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