Las FARC anuncian que no realizarán más liberaciones unilaterales. Este ultimátum que abre nuevamente el debate sobre un posible intercambio humanitario, también nos pone a pensar sobre aquello que "supuestamente" le debemos los colombianos al grupo terrorista.
Vociferan algunos despistados que los colombianos tenemos que agradecer los “gestos humanitarios” de las FARC. Dicen otros, menos despistados, que es urgente un “intercambio humanitario”. Entonces, una imagen: baja el soldado Calvo del helicóptero, con bastón en mano y varios años menos de vida. Claro, aplaudimos, reímos y celebramos como nación su tardía libertad. Otra más: explota un carro bomba en Buenaventura, mueren vendedores ambulantes, de minutos, un pensionado, un policía que llevaba un mes de servicio, una mujer que cometió el crimen de caminar por allí. Una pregunta: ¿cómo puede ser que todavía algunos planteen si quiera la posibilidad de agradecer a este grupo terrorista sus supuestos “gestos humanitarios”? No deja de sorprender cómo es que todavía, en uno de los actos de cinismo más grande que la humanidad ha visto, las FARC exijan y pongan condiciones. Pero claro, las palabras de los bandidos no tienen por qué ser dignas de consideración. Lo necesario es advertir sobre quienes se empeñan en oírlas, resaltarlas, darles algún valor.
¿De veras tenemos que agachar la cabeza los colombianos, hacer una venia y mirar el piso como gesto de agradecimiento a las supuestas bondades de las FARC? ¿Será que este grupo de asesinos merece, como sugieren algunos, la beligerancia política por soltar las cadenas de unos cuantos secuestrados y devolverlos a la vida? ¿O por devolver restos de algunos de los que han asesinado en cautiverio? Una vez se pasan las barreras de la decencia y la humanidad también se pierde la oportunidad democrática de tener voz. Razón tienen quienes afirman, sin vacilar, que lo único que conseguirá el mal llamado “intercambio humanitario” será volver la práctica del secuestro un círculo vicioso. Esta es la fórmula: “Nosotros liberamos personas inocentes, ustedes devuelven los bandidos y cada vez que capturen un terrorista nosotros secuestramos otro inocente…” Nada le debemos a las FARC, ni nada de lo que hagan, aparte de dejar las armas y liberar TODOS los secuestrados, debe ser visto como “gesto humanitario”. Son ellos, con sus horribles e inhumanos métodos, los que tiene que agachar la cabeza, hacer una venia, mirar el piso y pedir perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario