Las deficiencias vitamínicas o las alteraciones del metabolismo, alguna de las consecuencias más frecuentes
Madrid, 17 de junio de 2010 |Sanidad |Gabinete de Prensa.
El aumento de las denominadas dietas milagro crece exponencialmente con la llegada del verano, incrementando, si cabe, los porcentajes arrojados por los estudios de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), que establecen que uno de cada cuatro españoles quiere perder peso. Además, distintos análisis sitúan en torno al 20% el número de mujeres que dicen haberse sometido en alguna ocasión a dietas sin ningún control médico, rebajándose el porcentaje, en los hombres, a un 15% aproximadamente.
Sin embargo, la elección de dietas que prometen una rápida disminución del peso sin apenas esfuerzo no resulta, sin duda, la mejor forma de lograrlo, moviéndose dichos regímenes, en la mayor parte de los casos, por intereses económicos más que por la búsqueda de una alimentación sana y equilibrada.
En este sentido, desde el Instituto de Obesidad se quiere alertar a la población de las graves consecuencias que tienen las dietas milagro para la salud, sobre todo en lo que a deficiencias vitamínicas y a alteraciones del metabolismo se refiere. Como regla general, estos tratamientos promueven una exagerada restricción de la energía ingerida, que conlleva deficiencias en vitaminas y minerales, cambios metabólicos y una monotonía alimentaria que los convierte en gravemente perjudiciales.
En una situación así, muy cercana al ayuno permanente, el organismo reacciona compensando la falta de energía con un incremento de la destrucción de las proteínas corporales, lo que provoca tanto una pérdida de masa muscular como una formación de sustancias peligrosas para el organismo si la dieta se prolonga en el tiempo. Todo ello sin analizar otra larga serie de efectos secundarios como las alteraciones gastrointestinales, el malestar general, los mareos, la intolerancia al frío, la sequedad de la piel, la fragilidad de las uñas, la pérdida de pelo, las contracturas musculares, el insomnio, la ansiedad, la irritabilidad o la depresión.
Asimismo, la utilización de estas dietas conlleva, tras su finalización, una rápida recuperación del peso perdido bajo el denominado efecto rebote o yo-yo. Este se produce porque las situaciones de ayuno prolongado ponen en marcha potentes mecanismos nerviosos y hormonales que se oponen a la pérdida de peso. Dichos mecanismos conducen a una acelerada recuperación del peso en cuanto se vuelve a comer de forma habitual, debiéndose, en su mayoría, a la formación al incremento de tejido graso.
De modo general, las dietas milagro se pueden clasificar en tres grupos: las dietas hipocalóricas desequilibradas, que provocan un efecto rebote que se traduce en un aumento de masa grasa y pérdida de masa muscular; las dietas disociadas, que no limitan la ingestión de alimentos energéticos, sino que pretenden impedir su aprovechamiento como fuentes de energía con la disociación; y las dietas excluyentes, que se basan en eliminar de la dieta algún macronutriente esencial.
Frente a este tipo de opciones, desde el Instituto de Obesidad se aconseja un tratamiento médico del problema, ateniéndose a indicaciones exclusivamente profesionales a la hora de realizar algún tipo de dietas. Así, la correcta aplicación de una dieta proteinada permitirá alcanzar un aporte exclusivo de proteínas en forma de diferentes preparados así como restringir casi totalmente los azúcares y las grasas de la dieta, de esta manera se consigue una óptima pérdida de peso a expensas de la masa grasa del organismo. Una correcta alimentación, acompañada del oportuno ejercicio físico, proporcionará al paciente numerosas ventajas, que van desde una pérdida adecuada de peso hasta la protección de la masa muscular y tonicidad de la piel pasando por la ausencia de hambre o la sensación de bienestar.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Actualmente es profesor de Ciencias de la Salud de la Universidad Alfonso X el Sabio. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 250 intervenciones de cirugía bariátrica.
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