Suiza, a 15 de julio de 2010 | Cultura | Agencias
El caso Roman Polanski va a provocar una modificación de la ley de la propiedad en Suiza para que no se pueda vender una casa a una persona extranjera hasta que las autoridades helvéticas no comprueben que ésta no se encuentra en situación de busca y captura.
El cineasta franco-polaco Roman Polanski fue puesto en libertad tras haber permanecido siete meses en prisión domiciliaria y más de 60 días en la cárcel, después de haber sido arrestado en Zúrich en cumplimiento de una orden de busca y captura internacional solicitada por Estados Unidos.
Washington persigue desde hace 33 años a Polanski, acusado de haber mantenido relaciones sexuales con una menor en 1977 y de haberse fugado del país sin supuestamente haber purgado la pena.
El pasado lunes, la ministra de Justicia helvética, Eveline Widmer-Schlumpf, decidió rechazar la demanda de extradición de Polanski, utilizando dos argumentos: que en la petición no quedó probado que el cineasta no hubiera pagado ya su pena, y que se había violado el "principio de confianza".
Este principio "de buena fe" se sustenta en el hecho de que Polanski nunca se habría imaginado que sería detenido en Zúrich -donde había llegado para ser homenajeado- dado que era propietario de un chalet en la exclusiva estación de esquí de Gstaad, en el sur del Suiza.
Precisamente por esta razón, el gabinete de la ministra anunció que la ley de la propiedad será modificada para que sea obligatorio que se investigue el pasado judicial de cada uno de los extranjeros que quieran adquirir un inmueble en Suiza.
De esta manera, según la ministra, se evitará que un convicto, o una persona perseguida por la Justicia de un país pueda ser propietaria de una propiedad en la Confederación Helvética.
Desde que fue puesto en libertad, Polanski sigue en paradero desconocido, aunque se especula con que pueda acompañar a su esposa, Emmanuele Seigner, en el concierto que ésta ofrecerá en el Festival de Jazz de Montreux.
Washington persigue desde hace 33 años a Polanski, acusado de haber mantenido relaciones sexuales con una menor en 1977 y de haberse fugado del país sin supuestamente haber purgado la pena.
El pasado lunes, la ministra de Justicia helvética, Eveline Widmer-Schlumpf, decidió rechazar la demanda de extradición de Polanski, utilizando dos argumentos: que en la petición no quedó probado que el cineasta no hubiera pagado ya su pena, y que se había violado el "principio de confianza".
Este principio "de buena fe" se sustenta en el hecho de que Polanski nunca se habría imaginado que sería detenido en Zúrich -donde había llegado para ser homenajeado- dado que era propietario de un chalet en la exclusiva estación de esquí de Gstaad, en el sur del Suiza.
Precisamente por esta razón, el gabinete de la ministra anunció que la ley de la propiedad será modificada para que sea obligatorio que se investigue el pasado judicial de cada uno de los extranjeros que quieran adquirir un inmueble en Suiza.
De esta manera, según la ministra, se evitará que un convicto, o una persona perseguida por la Justicia de un país pueda ser propietaria de una propiedad en la Confederación Helvética.
Desde que fue puesto en libertad, Polanski sigue en paradero desconocido, aunque se especula con que pueda acompañar a su esposa, Emmanuele Seigner, en el concierto que ésta ofrecerá en el Festival de Jazz de Montreux.
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