El 20 de agosto se cumplen dos años del accidente del avión en el aeropuerto de Madrid Barajas. Dos años que han intentado ser un bálsamo curativo en el inmenso mar del dolor y el sufrimiento...
En nuestro corazón y en nuestra memoria están las víctimas y sus familias, y todos los que vivieron aquellos días con asombro y pesar. Hoy nuestras palabras quieren ser aliento y compañía a todos los que quedan para ser, no testigos del dolor, sino de la fuerza de la esperanza que nos anima cada día a renovar el impulso del amor. Seremos libres cuando seamos capaces de recordar aquellos trágicos días con más amor que dolor...
Junto a las familias de las víctimas decimos no, a aquellos que quieren aprovechar el sufrimiento de muchos para aumentar la audiencia televisiva y hacer de la tragedia un nuevo negocio, donde el morbo y el más vacío sentido de humanidad impera ante una situación que ahora demanda sensibilidad, compañía y recuerdo lleno de amor.
Mantener vivas las heridas no puede ser una táctica de marketing para subir las audiencias. Las heridas quieren cicatrizar y es solo el amor quien definitivamente las sanará.
Unidos en estos días, recordamos con amor la ausencia de los nuestros y queremos invitar a la esperanza a aquellos que están en el duro proceso de revivir la vida que hace ahora dos años un fatal accidente les arrancó. Esto se logra con paciencia, con cercanía y con mucho amor, nunca con una producción televisiva que lo que busca es radicalmente lo contrario.
Celebración de la Eucaristía en la Catedral de Canarias, el viernes 20 de agosto a las 19:00 h
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