A Coruña, 6 de agosto de 2010 | Cartas al Director |Suso do Madrid
Es evidente que España está en la diana internacional de los rumores y los peores presagios sobre la recuperación económica y el futuro. Pero no es una conspiración planetaria, como parece piensan algunos socialistas hispanos.
Ahora bien, al mismo tiempo es necesario que el Gobierno asuma que si esto está sucediendo no es por una conspiración planetaria, sino por causas relacionadas con las incógnitas y los temores que provocan la situación económica española y, principalmente, la inconsistencia del Ejecutivo socialista. Para muchos operadores financieros e incluso muchos gobiernos, las noticias sobre los riesgos que se ciernen sobre España pueden no ser ciertos, pero sí verosímiles. El Ejecutivo socialista ha aprobado medidas de recorte social, se pretende aprobar una reforma laboral que promete ser convulsa y ha vuelto a plantear la reforma del sistema de pensiones. Se supone que todas estas iniciativas van en la línea que reclaman los mercados, los organismos financieros internacionales y la UE. Aun así, sigue sin haber confianza en la recuperación.
Faltan hechos, faltan decisiones políticas de calado y, sobre todo, falta confianza. Hay muchos errores reparables en la acción política, pero el descrédito del Gobierno es irreversible y, haga lo que haga, está condenado al rechazo. Lo que tarde Zapatero en darse cuenta es tiempo perdido. Los dos años mirando hacía otro lado hay que recuperarlos, si aún es posible.
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