Torre del Mar (Málaga), 2 de septiembre de 2010| Cartas al Director |Mª Luisa García Ocaña.
Sr. Director:
Media tarde. Seis amigas deciden tomar café en una terraza.
Nos acercamos a una mesa a la sombra y dos ¿hombres? se nos adelantan y se sientan.
- Oye que nos quitan la mesa-le digo a mis amigas.
- No, no, que te la quitan no, que te la hemos quitado-dice uno de los ¿hombres?
Comentando la escena me decía una de ellas:
- He sentido una indignación enorme ¿tú no?
Y aquí viene mi reflexión:
Realmente lo que he sentido ha sido una reafirmación de cómo está la sociedad.
Más que indignación he sentido pena al constatar el hecho de que se ha perdido la educación, por un lado, y el sentido de la caballerosidad, por otro.
Claro que de este desastre, gran parte de la culpa corresponde a las mujeres.
Mujeres-entre las que no me incluyo-que andan reivindicando la igualdad entre sexos-estupidez donde las haya.
Mujeres-entre las que no me incluyo-que no se hacen respetar y que han negado al varón la posibilidad de cortejar a una dama.
Mujeres-entre las que no me incluyo-que no han aprendido las buenas maneras de la educación y por lo tanto carecen de ella.
Mujeres que han ridiculizado al hombre cuando se ha mostrado cortés, servicial o gentil, confundiendo igualdad de capacidad, con diferencia de sexo.
Mujeres que desconocen que somos esencialmente distintos.
Pena de mujeres y pena de ¿hombres?…que tontamente han perdido su auténtico y genuino lugar.
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