jueves, 2 de septiembre de 2010

Gripe A y credibilidad de la OMS

SALT (Girona), 2 de septiembre de 2010 | Cartas al Director | Jesús Martínez Madrid


La declaración oficial del fin de la pandemia de la gripe A cierra uno de los episodios más controvertidos de la OMS, una crisis —más de pánico que de salud— cuyas consecuencias últimas no se podrán analizar hasta que se detecte otro brote epidémico y resulte necesario volver a encender las alarmas. El exceso de celo de la Organización Mundial de la Salud (tal vez motivado por presiones de algunas multinacionales) llevó a activar hace ahora un año una alerta, a todas luces excesiva, cuyo manual de instrucciones y precauciones obligó a acometer inversiones millonarias a las administraciones públicas, afectó de forma notable al ritmo y la productividad de los centros de trabajo y causó innecesarias molestias a millones de personas. Lo ocurrido alrededor de la gripe A (gripe porcina la llamaron al principio ocasionando graves perdidas económicas y psicológicas a los porcicultores) ha de servir para establecer un punto de fuga desde los actuales protocolos de la OMS hacia una gestión marcada por la responsabilidad y por la idea de que la utilidad de cualquier alarma se basa en su credibilidad.

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