domingo, 16 de enero de 2011

RUBÉN DARÍO RODRÍGUEZ VEGA / Actor y miembro del Centro Canario Nacionalista de Telde

“Telde, ahora mismo, está tocada y hundida en gestión cultural”

“Me gustaría que los jóvenes se encontrasen cómodos en Telde, con nuestro ocio, nuestras zonas de deporte, nuestros parques y, sobre todo, con una administración que también los represente y los apoye”.

- Recién licenciado en Arte Dramático pero con una amplia trayectoria como actor, animador, payaso, presentador… El suyo es un ejemplo de esfuerzo y tesón, ¿no?

- La vida de por sí no es fácil; hay que estar muy al día captando todo lo nuevo que surge constantemente. El esfuerzo se ve recompensado cuando has logrado objetivos y aquello que se te hacía muy difícil lo ves de otra manera porque cuando te gusta lo que haces, lo disfrutas. Yo lo he pasado mal en algunas ocasiones, pero he disfrutado de cada momento porque dedicarme a esto me encanta. Puedo decir que soy un enamorado de lo que hago.


Telde, 16 de enero de 2011 | Politica | Gabinete de Prensa.

Supongo que nada es fácil y este mundo es muy complicado. Hay que luchar constantemente para estar presente, dejarte ver, seguir formándote, nuevos proyectos…Es un día a día muy laborioso.

- La suya es una carrera atractiva pero bastante dura en especial una vez terminada. ¿Cómo se animó?

- Es una carrera dura porque mientras la estás estudiando tu vida personal desaparece. No tienes tiempo de hacer otra cosa que no sea la carrera, ves poco a la familia y aún acabada la carrera es algo así. Estas todo el día intentando formarte más, leyendo, viendo todo tipo de espectáculos, documentales, en definitiva, observando para seguir aprendiendo. Es muy complicada porque cuesta mucho darte a conocer, que te valoren, acudir a casting y recibir muchos “ya te llamaremos”. Y si no estás en la palestra no eres nadie. En fin, más que duro es frustrante en ocasiones.

Me animé porque siempre me había llamado el teatro. Me fascina el Arte Dramático. Se hace todo un mundo más cercano, con miles de posibilidades. Es maravilloso porque he descubierto que el teatro es el arte de comunicar, de dejar ver realidades paralelas; te enseña a ser más humilde contigo mismo, a flagelarte menos y a entender mejor el entorno; a ser más tolerante en definitiva.
En la escuela municipal de Telde Blanca Rodríguez me animó y me dio un empujoncito, y ahora ya hace un año que he acabado la carrera. No podía haber estudiado otra cosa.

- ¿Es necesario diversificar tanto para poder ganarse la vida?

- Necesario no, obligatorio. Lo mejor que tiene la carrera de Arte Dramático es que no te prepara sólo para subir a los escenarios. Te enseña muchas otras posibilidades. dramaturgia, esgrima, clown, mimo, cómo hacer vestuarios y su evolución en la historia, cabaret, escenografía, producción…, lo que es muy interesante porque vas descubriendo diferentes facetas. A mí me fascina la producción, organizar, aunque no puedo evitar subirme a un escenario.

Hay que ser lo más versátil posible porque los directores gustan de actores que tengan recursos, que ofrezcan posibilidades.

Ahora mismo hago de todo. He estado de ayudante de Dirección y de actor en la película de Frank Spano, y en Producción y como actor con 2RC Teatro en la obra Los Mares Habitados, además de seguir haciendo de payaso, presentador, animador en fiestas… Sí, hay que diversificarse para poder sobrevivir y para sentirse uno más preparado y en constante evolución.

- ¿Cree que se puede vivir de la Cultura en Canarias? ¿Y en el caso concreto de Telde?

Se puede, pero muy precariamente. En Canarias todavía no se está a la altura. Hacer una obra aquí, con lo que cuesta la producción, marketing y demás, no es rentable. Creo que existe una mala gestión cultural. Hay compañías que creo que son referentes en esfuerzo y trabajo y en mantener el teatro vivo pero las instituciones colaboran muy poco. En época de crisis lo primero que se recorta es el presupuesto en Cultura, pero soy de los que piensan que la Cultura en general es muy necesaria. Además, la falta de teatros, de espacios alternativos, de espacios versátiles, imposibilitan que las obras tanto de pequeño como de grande formato se puedan exponer. La cultura, ahora más que nunca, necesita salir a la calle, invadir los espacios para que llegue a la gente que es a quien pertenece. No se puede hacer una obra sin público y si el público no puede pagarse una entrada habrá que hacer un esfuerzo por salir a la calle y que no dejen de ilusionarse. Hay municipios que esto lo tienen muy presente.

En Canarias no existen tantas compañías como se piensa y es difícil mover las obras por las islas. Una obra de teatro con producción y actores canarios quizá solo llegue a 20 funciones en todo el Archipiélago en un año. Y si es así, puede darse por satisfecha, pero esa misma obra en Madrid tendría 20 en un mes.

Y en cuanto a Telde, imposible. Ya conocemos la lamentable situación que sufren los trabajadores de la escuela municipal. Muchos de estos profesores tienen que trabajar en otras cosas para poder vivir y tengamos en cuenta los espacios como las instalaciones municipales o al teatro Juan Ramón Jiménez. Telde se encuentra en precario estado cultural, lo que es una pena porque tiene muchísimas posibilidades de éxito y se están desaprovechando. Para empezar, la información de las actividades culturales no llega a los barrios, se queda en San Gregorio o San Juan. También es cierto que en Telde las actividades culturales brillan por su ausencia. En la programación municipal sólo hay actos infantiles, algún encuentro literario y de vez en cuando un concierto de lírica en San Francisco. En Telde no se puede vivir de la cultura. Creo que no se empuja al sector cultural teldense a hacer cosas, no se motiva a la gente a que participe, a que acuda a los actos; este sector está abandonado.

Otro ejemplo es que los cines, cines fantásticos, han tenido que cerrar, cines fantásticos. Se había creado una sala de Teatro alternativo en ese espacio y no se potenció su utilidad, por lo que también cerró.
Telde, ahora mismo, está tocada y hundida en gestión cultural.

- Usted ha viajado a América del Sur representando uno de sus trabajos, Los mares habitados, de Carlos Alonso Caballero (2RC Teatro). Tras conocer países como Chile en el que el arte y la cultura forman parte de la cotidianeidad de sus habitantes, ¿qué cree que hace falta en Telde?

- Ha sido lo mejor que me ha pasado al acabar la carrera. Al tercer día de volver de Navarra de representar a Othelo en Ólite recibí una llamada que me llevó a esta producción y este año hemos podido estar en Chile, además de tener abierta la posibilidad a otros países que están pendientes. Hemos estado nominados como espectáculo revelación a los Max, mejor espectáculo de Canarias, Premio Réplica 2009, representando a Canarias en el Festival de las Autonomías, Nominados a los TNT (Teatro Nuevas Tendencias) en Sevilla…, en fin, ha sido una gran experiencia.

Chile fue un sueño. Descubrí una manera de ver el teatro. Nos sorprendía ver las colas que se formaban para entrar y el gran conocimiento y valor que se le da a las representaciones artísticas. El público en su mayoría era joven, entre 14 y 20 años. Acudían al teatro de una manera cotidiana y tenían amplio conocimiento. El festival era gratuito y participaban más de 40 obras de una veintena de países. Se nota que la gestión cultural está muy bien estructurada y entienden que es importante; están acostumbrados. El pueblo lo ve cercano y asequible. Es más, una forma de pago para ver las obras era con comida no perecedera para los necesitados, lo que nos pareció una idea fantástica. Ver los pasillos del teatro llenos, los laterales, todas las butacas, fue maravilloso. Creo que en gestión cultural, nos llevan algo de ventaja.

Chile es un país de gente maravillosa. Como curiosidad está la anécdota de que como nuestra obra contiene desnudos integrales al final se avisaba previamente a quienes acudían con niños y un padre nos preguntó si la obra contenía violencia a lo que le dijeron que no, que sólo desnudos. Su respuesta fue que los desnudos no le importaban pero sí que hubiera violencia. En España ocurre casi lo contrario: preferimos que nuestros hijos vean violencia antes que un desnudo sin más.

- ¿Qué es lo primero que se le ocurre ante el binomio juventud-cultura?

- Que son términos inseparables. Los jóvenes son generadores de ideas, están al día de las nuevas tendencias, medios informáticos tan utilizados e integrados hoy en las nuevas producciones teatrales, modas, ritmos, músicas, saben que es lo que quieren ver, lo buscan y si no lo encuentran lo crean. Dale a un joven con ganas un coche viejo y te construye una carroza de 20 metros; dale una hoja en blanco y te escribirá cosas impensables. La cultura y la juventud deben estar unidos. Normalmente valoramos más a la gente que lleva 20 años en la profesión y sólo cuando han conseguido ser nombrado fuera le damos la oportunidad de ser bien acogido en su ciudad, pero seguro que ha sufrido mucho por el camino, se ha caído una y mil veces y nadie estuvo para levantarlo.

Hay que ayudar a los creadores jóvenes a salir a la palestra, darles herramientas, espacios, la posibilidad de poder desarrollarse y no cortarles el vuelo. Para ello no hace falta dinero, sólo identificar a los jóvenes con ilusión y enseñarles a caminar. Necesitan saber que hay un respaldo y que no necesariamente deben marcharse. Estamos dejando escapar muchos valores y sólo cuando se llevan un premio nacional decimos eso de “..y es canario”.

- A usted se le conoce además de por su trayectoria como actor y animador por estar siempre involucrado en movimientos sociales y juveniles, y por ser uno de los miembros del Patronato de Fiestas El Manantial, organizador de uno de losfestejos más relevantes del municipio, la Traída del Agua. ¿De dónde le viene este espíritu de trabajo?

- Supongo que es un compromiso con lo que me rodea, las ganas de hacer cosas y no estar quieto. Me gusta mucho el lugar donde vivo; me siento orgulloso de Lomo Magullo y de Telde. Ha sido la cuna en la que he aprendido todo y soy lo que soy gracias a su gente y a mi familia que son de aquí.

El compromiso de crear espacios donde la gente se desarrolle es importante. La asociación juvenil comenzó como un proyecto para que los jóvenes tuviéramos un lugar donde poder desarrollarnos en el entorno; . Es muy importante que los jóvenes dispongan asociaciones y apoyaría estas creaciones siempre porque nos engrandecen a todos un poco más porque aportan iniciativas importantes para el desarrollo. En Lomo Magullo los jóvenes siempre tuvieron esa iniciativa, desde el Teleclub Las Nieves o Tabercorade.

El patronato de fiestas me aportó más de lo que nunca imaginé. Aprendí gracias a muchas personas que compartieron conmigo esa trayectoria y a los que les estoy muy agradecido. Fui presidente durante 6 años y no hubiera sido posible sin el apoyo de tanta gente, asociaciones, empresas y sobre todo, los compañeros de la directiva. Lomo Magullo es un pueblo muy participativo y de una piedra hace un Belén. Fue una tarea fácil a pesar de la burocracia que obliga a tramitar papeles para cualquier acto. No estaría mal que existiera una oficina municipal que gestionase todos esos trámites porque quienes se encargan de las fiestas de los barrisos son voluntarios que lo hacen en su tiempo libre y encuentran muchas piedras en el camino.

- ¿Considera que entre los jóvenes hay ganas de trabajar por el municipio?

Y tanto. Los jóvenes tienen muchas ganas. A veces oigo que los jóvenes sólo quieren beber o estar en la plaza tirados pero yo digo que son las administraciones los que con su apatía y sus peroratas sobre la crisis y el paro las que hacen que los jóvenes se contagien de esa misma apatía y dejadez. La juventud necesita alicientes e ilusión para desarrollarse. Los jóvenes son capaces de hacer muchas cosas y tienen bastante que decir, pero nadie les pregunta.

La Casa de la Juventud no es suficiente para albergar a todos los jóvenes de Telde, la información no llega, no se crean tejidos socio-juveniles que lleguen a todos los barrio ni hay un coordinador que visite barrio por barrio para ver sus necesidades. Hay espacios el 14/30 que está funcionando en precario, asociaciones juveniles que desaparecen por falta de información estructural y autogestión…

Normalmente se hace mucha demagogia hablando de los jóvenes para contentarlos y a muchos se les llena la boca al nombrarlos, pero sólo eso. Hace falta coger el toro por los cuernos y preguntarles qué quieren, qué necesitan, porque no podemos alejarnos de la realidad y pensar que sólo necesitan un parque donde verse o una biblioteca. Necesitan espacios para crear, una mesa en la que sentarse a dialogar, crear puntos de conexión con las diferentes administraciones, el ocio, los deportes, la cultura… Los jóvenes son grandes consumidores de varios servicios y no se les puede hacer ojitos cada cierto tiempo y luego si te he visto no me acuerdo.

- ¿Cuáles cree que pueden ser los principales obstáculos a los que se enfrenta la juventud que tiene espíritu de servicio?

- Sin lugar a dudas, la burocracia. Hace poco me encontré con unos jóvenes que quieren crear una asociación cultural y me comentaban que habían estado dando diez mil vueltas para crear la asociación, rellenar papeles y demás y que ya se habían cansado. Al final lo que conseguimos con tanta burocracia es que emigren de Telde a otro municipio en el que sea más sencillo hacer estos trámites y eso no lo podemos permitir. Me gustaría que los jóvenes se encontrasen cómodos en Telde, con nuestro ocio, nuestras zonas de deporte, nuestros parques y, sobre todo, con una administración que también los represente y los apoye.

- También se le relaciona a usted con su implicación en la política, en este caso de la mano del Centro Canario Nacionalista. De hecho, concurrió en las pasadas elecciones junto a Juan Francisco Martel Santana. ¿Por qué se decidió a dar el paso de participar activamente en la política y por qué escogió el proyecto centrista?

- Lo confieso abiertamente: me gusta la política y el poder representar a un municipio y hacer algo para que los servicios, el día a día, las situaciones sociales y todo en general mejore. Siempre me gustó comunicarme con la gente, saber qué les ocurre, qué necesitan y hacer lo que esté en mi mano para mejorar esa situación.

Creo que todos podemos aportar nuestro granito de arena para que todo mejore; no depende de nadie sino de cada uno y, a su vez, de todos en conjunto.

Soy participe del proyecto centrista porque es ilusionante, abierto y realista. Creo en la gente que hay aquí porque las veo sencillas, cercanas, con ganas de trabajar por Telde y con ganas de hacer grandes cosas.

Desde que hace más de seis años contaron conmigo para pertenecer a este proyecto no he parado de aprender. He conocido mejor la ciudad, sus gentes, asociaciones, la administración.

Soy de Centro porque mi idea no es estar con la guerra que existe entre los dos partidos principales de este país, la batalla que tiene que lidiar un político es la de ayudar a los ciudadanos, a nuestros vecinos. No podemos solucionar los problemas del mundo pero sí podemos mejorar las condiciones de nuestro entorno.
Soy de Centro porque me da la oportunidad de ver, escuchar y participar, opinar, poder expresarme, invitar a personas interesadas en avanzar por Telde y de estrechar las manos que se quieren sumar a este proyecto ilusionante.

Yo soy como cualquier otro joven o vecino de Telde; me busco la vida y no es fácil. Creo que todos juntos podemos hacer que todo mejore y no es difícil. Canarias ha superado situaciones más difíciles que las actuales.

- ¿Qué cree que puede aportar usted como gestor al municipio de Telde y sus vecinos?

- Si tuviera la oportunidad de poder gestionar en Telde, seguiría trabajando incansablemente para que se recuperara el prestigio del que gozó este municipio hace años. Para ello habría que contar con todas las asociaciones de este municipio, colectivos vecinales, deportivos, empresariales, juveniles, culturales, amas de casa, discapacitados, asociaciones de agricultores… Es muy necesaria la opinión y aportación de todos ellos para el crecimiento de este municipio. Todos somos parte de Telde y yo creo en lo que hago y en la capacidad que tiene Telde.

Nuestro municipio ofrece más posibilidades de las que se ven a simple vista. Me siento ilusionado con el proyecto del CCN porque tiene muy clara cuáles deben ser las acciones a realizar para que Telde resurja de las cenizas y brille por los valores que tiene.

Quiero aportar confianza para que las empresas vuelvan a confiar en Telde y se emplacen en nuestro territorio y para ello debemos estar abiertos a sugerencias, a otras formas de hacer las cosas. Debemos potenciar el que los parados emprendan nuevos proyectos y generen sus propios recursos.

Para ser un buen gestor no basta con uno mismo, hay que tener además de tiempo paciencia y ganas, un buen equipo de trabajo y un objetivo claro: trabajar por Telde y el CCN tiene esa forma de mirar de frente.

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