martes, 12 de abril de 2011

Botín asegura que Santander ya no necesita comprar para crecer


El Banco Santander ve su futuro con optimismo. Está diversificado, no tiene necesidad de acometer más compras y la cotización subirá en cuanto el mercado deje de valorar a cero el negocio en España, aseguran Botín y Sáenz, en sus cartas a los accionistas.


Madrid, 12 de abril de 2011 | Economía | Inés Abril - ASSOPRESS.

Las cartas de los presidentes a los accionistas en los informes anuales se parecen un poco a las misivas de los niños a los Reyes Magos. Claro que todo depende del ejecutivo en cuestión, porque los hay más benévolos que otros con ellos mismos y sus compañías, y los hay que piden más cosas que otros.

Los máximos ejecutivos del Banco Santander están en una zona intermedia en esta clasificación.

En las cartas a los accionistas de Emilio Botín y Alfredo Sáenz, presidente y consejero delegado de la entidad bancaria, respectivamente, en las que hacen balance de 2010, y a las que ha tenido acceso este diario, lo que hay es una combinación de realismo y mirada positiva para el futuro.

Botín, por ejemplo, no esconde los crudos problemas por los que atraviesa el sector financiero, pero está seguro de que "la economía mundial está ya en recuperación". "La reforma financiera internacional", añade, "en términos generales, avanza en la buena dirección y se han dado pasos muy importantes, aunque todavía quedan algunas cuestiones por resolver", explica.

No a la regulación

Y, junto con la visión positiva, como toda carta que se precie están las peticiones para el futuro. La primera versa sobre la regulación: "Ninguna regulación puede sustituir a una buena supervisión, que debe ser rigurosa y cercana", dice Botín, en clara referencia a las voces que piden atar en corto a los sistemas financieros para que no se repitan los errores del pasado.

Más en lo concreto, el presidente de Santander pide que los "requerimientos adicionales de capital que se impongan a las entidades que sean consideradas sistémicas" estén "directamente relacionados con el riesgo. La estructura de filiales de Banco Santander limita el contagio entre entidades del grupo y minimiza el riesgo sistémico", asegura.

Y también hay alabanzas a cómo se están haciendo las cosas en España. "En el proceso de reestructuración de las cajas de ahorro se están dando pasos muy importantes en la dirección adecuada. Con todo esto, estoy convencido de que el sector financiero que resulte de la crisis será más estable, más equilibrado y menos vulnerable", concluye en este capítulo.

Sin embargo, en plena quiniela sobre qué institución financiera se hará cargo de las cajas más maltrechas, Botín asegura que el tamaño del banco es el adecuado y da por hecho que la época de grandes compras se ha terminado, aunque quizá no de las pequeñas.

"La estrategia internacional de Banco Santander en los últimos años ha estado dirigida a alcanzar una presencia diversificada con masa crítica y altas cuotas en sus mercados principales, que actualmente son diez: España, Portugal, Alemania, Reino Unido, Brasil, México, Chile, Argentina, Estados Unidos y Polonia. Este conjunto de países da al grupo un adecuado equilibrio entre mercados maduros y emergentes y una mayor recurrencia de sus resultados".

Y entonces llega la conclusión: "Por tanto, Santander no necesita realizar compras adicionales para crecer en los próximos años".

¿Subida en Bolsa?

La misiva del consejero delegado, Alfredo Sáenz, tiene también fuertes dosis de realismo, sobre todo cuando analiza la situación en España. "La contribución combinada de la red de Santander en España, Banesto y nuestro negocio en Portugal se ha reducido en casi 1.200 millones de euros en 2010", señala el ejecutivo. "Esto ha sido motivado, principalmente, por la falta de crecimiento de volúmenes dada la baja demanda de crédito solvente, por la subida de provisiones ante el deterioro de la situación económica y por la presión de márgenes de pasivo resultado de un entorno de tipos de interés bajos y de tensiones de liquidez".

Pero todo tiene su contrapartida. En estos momentos, los mercados están dando al Santander un valor cero por su negocio en España, explica, así que cuando la situación mejore, también lo hará la cotización.

"Quiero recordar en este sentido que las valoraciones del grupo Santander a día de hoy suponen, en un ejercicio de suma de partes, una valoración cercana a cero para el negocio en España. A medida que la capacidad de ajuste del sector privado español, de las cuentas públicas y del sistema financiero vayan siendo evidentes para el mercado, no tengo ninguna duda de que la cotización empezará a reflejar las buenas perspectivas de nuestro grupo", sentencia.

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