Palafrugell (Girona), 3 de abril de 2011 | Cartas al Director | José Morales Martín
Con motivo del terremoto y posterior tsunami acaecidos en Japón y la implicación de la central nuclear de Fukushima hemos pasado a tener energía nuclear hasta en la sopa. La verdad es que la energía nuclear está presente en la vida cotidiana desde hace bastante más de medio siglo y en todo este tiempo ha dado a la humanidad muchos más beneficios que inconvenientes. Se ha utilizado como medio de destrucción —como muchas otras invenciones—, y en el caso de los cientos de centrales nucleares que funcionan sin incidentes hay problemas, como el de los residuos, que esperan todavía una solución satisfactoria. Nada de ello debería impedir un debate sereno y realista sobre la energía nuclear, como tampoco la catástrofe de Bhopal (que mató en 1984 a unas 20.000 personas y afectó gravemente a medio millón) ha impedido que la industria química se desarrolle y aumente sus niveles de seguridad sin necesidad de discusiones milenaristas. En este tema si me atrevo a pedir a los políticos, especialmente a los que tienen responsabilidad de gobierno, que no hagan demagogias.
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