Una blogosfera más exigente y más libre

Santander, 29 de mayo de 2011 | Turismo - Blogueros |Gabinete de Prensa.

Una docena de blogueros que acaban de participar en el Segundo Encuentro de Blogueros y Redes Sociales especializados en turismo y viajes, que ha tenido lugar en Cantabria, ha redactado un cierto “código ético” con el que pretenden conseguir una blogosfera viajera más exigente y más libre. Bajo el nombre de Manifiesto Cantabria han elaborado un decálogo que debe regir en estos nuevos medios de comunicación y han pedido a otros colegas que se adhieran a él (mediante un correo a manifiestode@gmail.com).

En este Segundo Encuentro (el Primero tuvo lugar también en Cantabria en febrero pasado) participaron blogueros de Galicia, Asturias, Cantabria, Zaragoza, Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga, Sevilla y Tenerife. El Encuentro estuvo enmarcado en un viaje de familiarización organizado por el Gobierno de Cantabria que permitió a los participantes conocer durante cuatro días algunos de los principales atractivos de Cantabria, tales como San Vicente de la Barquera, Comillas, Santillana del Mar y Santander. Además, pudieron visitar las cuevas de El Soplao y Monte Castillo, el balneario de Solares, el parque de la Naturaleza de Cabárceno, el parque natural de Oyambre y el Valle de Cabuérniga, así como los museos de Altamira y el Marítimo del Cantábrico.

El viaje estuvo coordinado por Open Comunicación (tel.: 670098285 open@opencomunicacion.com) agencia especializada en este tipo de eventos. Del Primer Encuentro, en el que también participaron doce conocidos blogueros, se consiguieron más de 50 reportajes y casi un millón de impresiones.

Los fundadores de este Manifiesto de Cantabria han sido los responsables de conocidos y muy visitados blogs de viajes: Blogs turismo, Círculos de fuego, El mundo con mochila, El viajero impresionista, En el mundo perdido, La vuelta de los 25, Los mejores top 10, Machbel, Mi maleta y yo, Mil Camins, My guia de viajes y Sabor gourmet.

El Manifiesto de Cantabria (http://manifiestodecantabria.blogspot.com/) aboga por un marco para los blogs de viajes en el que prime la generosidad, la sinceridad, la personalidad de cada uno, la originalidad, la exigencia y las responsabilidad, el respeto y la transparencia. Y concluye con una llamada al auténtico espíritu del viajero: “Hay que disfrutar del blog de viaje... ¡Pero nunca más que de viajar!”.

MANIFIESTO DE CANTABRIA

Generosidad. Del mismo modo que a uno le gusta informarse con otros blogs, es vital que uno mismo contribuya con su punta de vista a hacer más plural la blogosfera.

Sinceridad. Fingir no tiene sentido, el lector busca autenticidad. No hay que tener miedo a ser sincero y a decir, también, lo que no nos ha gustado de nuestros viajes. También en los blogstrips, cada vez más habituales.

Interacción. Hay que formar parte de la comunidad. No tiene sentido aislarse ni vivir en su propio blog. Hay que comentar, enlazar y, al final, compartir.

Personalidad. El blog puede ser tan diverso, complejo o contradictorio como maneras hay de viajar. Pero nosotros debemos ser el hilo conductor invisible que lo hilvane todo.

Originalidad. ¿Qué sentido tiene publicar la misma información que otros? Hay que buscar una especialización, un valor añadido. Un punto de vista único.

Exigencia. Nos tenemos que asegurar que la información que publicamos es práctica, precisa y actualizada. Los lectores valoran los textos claros, bien escritos, útiles y de la medida justa.

Usabilidad. No vale cualquier diseño y cualquier foto. Hay que esforzarse en dar al blog un entorno lo más adaptado posible al lector.

Transparencia. Cuando uno de los enlaces sea patrocinado hay que dejarlo claro. No mezclar opiniones personales sobre un destino o un servicio con la publicidad. Hay que citar la autoría de las fotos que no forman parte de nuestro viaje.

Respeto. Basta ya de fotos que se hayan conseguido con dinero o intimidando a la persona fotografiada. Hay palabras que son mejores que una foto poco respetuosa.

¡Disfrutar! Hay que disfrutar del blog de viaje...

¡Pero nunca más que de viajar!