A. Tamborada que ha recorrido hoy las calles del centro de Tarifa. |
La afluencia de público a las proyecciones de la octava edición del Festival de Cine Africano de Tarifa está siendo muy alta. Todos los días se están registrando llenos en algunos de los seis lugares en que se puede ver cine. Hasta el patio central del mercado de Abastos, que cada noche se transforma en sala de proyección, ha tenido que recurrir a algunos de los bares cercanos para pedir sillas prestadas en las que poder acomodar al exceso de público que abarrotaba el espacio.
Este interés del público por el cine tiene su origen en la calidad de la programación de cada año, reforzada aún si cabe en esta edición. Calidad y valor histórico es el que derrocha Bongolo et la princesse negra (Bongolo y la princesa negra), película que se ha visto hoy en la antigua iglesia de Santa María. Es una producción belga de 1952 dirigida por André Cauvin. Fue la primera película rodada en el Congo y narra la historia de un joven congoleño que es enfermero en un ambulatorio perdido en la selva. Se enamora de la hija del rey de la zona y consigue convencerla para que se desprenda de los prejuicios y ritos ancestrales. Los ancianos, opuestos a la boda, queman el ambulatorio.
B. Público asistente a una proyección matinal en el teatro Alameda. |
Fuera de concurso e incluida en la sección de la Diáspora africana en América Latina se ha proyectado El vuelco del cangrejo. Está dirigida por Oscar Ruiz Navia y retrata la llegada del protagonista a una comunidad afrocolombiana, situada en la costa pacífica de Colombia. La modernidad llega de manera inevitable a la zona y los pescadores sufren cambios en sus vidas.
Otro plato fuerte del día ha sido Grabage dreams (Sueños en el basurero), dirigida por Mai Iskander. Es un documental incluido en la sección a concurso, que cuenta la historia de tres adolescentes que nacieron y crecieron en el mayor basurero del mundo, a las afueras de El Cairo. Allí viven 60.000 zaballeen, palabra árabe que significa “pueblo de la basura”.
El festival ha tenido hoy un prólogo muy animado, con una tamborada que ha recorrido al mediodía las calles del centro de Tarifa. El cortejo musical lo forman alumnos de un instituto de Albuñol, Granada, que en su mayoría son hijos de inmigrantes marroquíes. Instrumentos de percusión y algunas trompetas han puesto sonidos folklóricos a una marcha que ha concitado el interés de vecinos y visitantes de Tarifa.
C. El director senegalés Moussa Sene Absa y el actor chadiano Youssouf Djaoro, en los coloquios Aperitivos de cine que se realizan cada día en el festival. |
Fotos: Autora: KIKA TÉLLEZ
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