* Destacó la actitud pública de defensa y compromiso con el patrimonio natural y cultural insular de Manrique, “quien planteó una importante obra de arte público donde van de la mano la tradición y modernidad, los valores naturales y los culturales”
San Bartolomé de Tirajana, a 6 de julio de 2011 | Universidad de Veranos | Gabinete de Prensa.
“El compromiso ético y estético de César Manrique le llevó a domesticar la actividad turística logrando que Lanzarote transitara, durante más de veinte años, por la senda de un desarrollo económico y social sostenible donde el arte y la naturaleza iban de la mano”, señaló hoy Alfredo Díaz, portavoz de la Fundación César Manrique, en la Universidad de Verano de Maspalomas.
Alfredo Díaz analizó en el curso Recrear el turismo en Canarias la influencia de César Manrique en el modelo de desarrollo turístico de Lanzarote, isla en la que, su compromiso con el arte y la naturaleza, ha dejado una huella imborrable. “A mediados de los sesenta, el artista sueña su propuesta de intervención en Lanzarote; convertir el paisaje de la Isla en el lienzo metafórico donde sustanciar su ideario artístico, donde crear un conjunto de intervenciones espaciales y medioambientales, de carácter público, que sirvieran de punta de lanza de un desarrollo turístico al que la Isla se estaba incorporando de una manera muy incipiente”.
El portavoz de la Fundación César Manrique, recordó que en el año 1966, el propósito era el de participar en la transformación responsable de la Isla a la que llegaban los cantos de sirena de las bondades del desarrollo turístico de buena parte del litoral mediterráneo español y de Canarias. Por ello, propuso que fuera el Cabildo, una institución pública, el encargado de liderar el proyecto de desarrollo turístico con una máxima muy clara: desarrollo turístico sí, pero no a cualquier precio.
Según Alfredo Díaz, para César Manrique la conservación de la pureza del paisaje y la arquitectura, junto a la creación de una auténtica conciencia insular, deberían ser los ejes de fuerza llamados a desarrollar turísticamente la Isla y evitar que esta fuera devorada por el turismo de masas.
También destacó la actitud pública de defensa y compromiso con el patrimonio natural y cultural insular de Manrique quien planteó una importante obra de arte público donde van de la mano la tradición y modernidad, los valores naturales y los culturales.
Progreso y bienestar
“Con su obra de intervención espacial consiguió hacer visible lo inefable demostrando, desde su mirada de artista comprometido, que hacer compatible el progreso y el bienestar de una de una comunidad, con la conservación de su patrimonio, no sólo es deseable sino posible”, manifestó Alfredo Díaz.
Para el director de la Fundación César Manrique, es innegable que el artista conejero, casi de manera intuitiva, fue capaz de apuntar en la dirección de avanzar hacia un modelo de desarrollo turístico responsable y absolutamente exitoso para Lanzarote, “pero no lo es menos cierto que la Isla, como el advirtió tanta veces, corría el riesgo de morir de éxito”.
Asimismo, hizo hincapié en las constantes y contundentes denuncias de Manrique contra la especulación del suelo, el progresivo deterioro y la pérdida irremediable del patrimonio de la Isla. “Denunciaba y, a la vez, proponía un cambio profundo en la relación entre hombre, naturaleza y arte, una relación que se debería argumentar en la convivencia armónica y no en la actitud depredadora de los seres humanos hacia su medio” apuntó, Alfredo Díaz.
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