martes, 6 de diciembre de 2011

IU fomenta la utopía de que la economía capitalista, el sistema capitalista podrido, y su anarquía, supuestamente se pueden controlar, se pueden “equilibrar” y que los obreros se beneficiarán de ello

Da luz verde a los horarios flexibles de trabajo, a la abolición de los convenios colectivos y la generalización del trabajo a tiempo parcial

Su programa está firmemente orientado al apoyo de la UE imperialista, que es un enemigo de los pueblos


Madrid, 06 de diciembre de 2011 / Cartas al Director / Carta del Partido Comunista de Grecia (KKE) al Partido Comunista de España y a Izquierda Unida

Camaradas:

Hemos leído su carta, que ya han publicado, y en la cual se preguntan en qué se basa la estimación del artículo de nuestro periódico, "Rizospastis”, publicado el 22 de noviembre, sobre las elecciones recientes en España, que mencionaba que "Izquierda Unida atrapó a los votantes en ilusiones de una ‘mejor gestión’ del sistema capitalista”. Es cierto que la propia participación del Partido Comunista de España en la Presidencia del llamado Partido de la Izquierda Europa, que ha aceptado en sus documentos fundacionales la protección de los “principios de la UE” y se basa en posiciones que defienden la gestión del capitalismo, contesta a eso.

Sin embargo, después de su carta, es necesario plantear algunos asuntos básicos citando sólo algunos extractos, de los muchos que se pueden encontrar en el programa electoral de Izquierda Unida, que documentan y justifican esta crítica concreta del artículo de nuestro periódico.

Más en concreto, en el programa de IU:

- No se menciona en absoluto, como condición para el bienestar del pueblo, el derrocamiento del poder del capital y la construcción del socialismo. Al contrario, fomenta una serie de ilusiones en que dentro de la vía de desarrollo capitalista puede existir una salida de la crisis que sea a favor del pueblo.

El objetivo de la “buena gestión” del sistema se declara claramente en la página 6 del programa: “No renunciamos a la gestión de lo inmediato”. Estratégicamente, esto se documenta en la página 18 mediante la “construcción de un nuevo modelo productivo”, que se basa, siempre, en las antiguas y anticuadas relaciones de producción explotadoras capitalistas. En la página 6, se plantea el objetivo, no del derrocamiento del capitalismo, sino de la “superación del modelo social, político y cultural actual dominado por el neoliberalismo”. En otras palabras, su enfoque del problema se centra en una forma de gestión del capitalismo (el neoliberalismo) y se pone a favor de otra, supuestamente, mejor gestión. Esto es, para hablar sin preámbulos: el núcleo del programa de IU remite a la gestión socialdemócrata.

- Se promueve la idea que el Estado capitalista puede ser un garante de los derechos de la clase obrera y del pueblo. Contra la propia realidad, que demuestra que el Estado capitalista es clasista, sirve a los monopolios y, más aún en condiciones de liberalización del capital, promueve decisivamente la barbarie en las relaciones laborales, los salarios y golpea todos los derechos obreros.

En el marco del embellecimiento del Estado capitalista, el programa menciona, en la página 22: “Proponemos el Estado Social Participativo que, manteniendo la centralidad de lo público, promueva el interés colectivo, la equidad y la solidaridad…”. En la misma línea: “El Estado debe reequilibrar el mercado, no sólo corregirlo”. Es decir, se fomenta la utopía de que la economía capitalista, el sistema capitalista podrido, y su anarquía, supuestamente se pueden controlar, se pueden “equilibrar” y que los obreros se beneficiarán de ello. Este llamamiento crea, sin duda, confusiones a los trabajadores, obstaculiza el esfuerzo de radicalización y lleva a la incorporación de fuerzas populares en los planes de las fuerzas del capital.

En la página 7 se plantea el objetivo de: “Crear empleo desde lo publico, porque hoy las empresas tienen muchas dificultades para crearlo sin ayuda”. Mientras que la clase obrera es llevada a la pobreza y a la indigencia, el programa de IU expresa su… ansiedad sobre las “muchas dificultades” que tienen los capitalistas y, básicamente legitima, sus peticiones de dinero caliente del Estado como apoyo, lo que constituye un vehículo para los recortes o la eliminación de subsidios de paro en nombre de la subvención del trabajo, que es un principio de la Unión Europea, de la que IU es un defensor firme.

Además, no debe haber ninguna duda en cuanto a las relaciones laborales que se aplicarán en el empleo, como se declara en la página 7, con los términos que utiliza la Unión Europea y la Asociación de los Industriales: “Redistribuir y racionalizar el empleo existente”. Todo esto, para la clase obrera significa que IU da luz verde a los horarios flexibles de trabajo, a la abolición de los convenios colectivos y la generalización del trabajo a tiempo parcial.

- Se reproduce la percepción burguesa y oportunista de que la crisis capitalista es una crisis de deuda; pero la causa de la crisis es la sobreacumulación de capitales. La deuda se presenta como un problema que deben tratar la clase obrera y el pueblo, en la cual la plutocracia tiene la responsabilidad, y debe pagarlo.

Así, de modo engañoso, se sostiene que los pueblos pueden ganar algo de la renegociación de la deuda y de la emisión de bonos por la Unión Europea (p. 18). ¿No es esto una “receta” de gestión para los impasses del sistema capitalista? No obstante, el pueblo griego tiene ya una experiencia amarga de los préstamos que está llamado a pagar, tal como sucedió con el conocido recorte del 50%, así como con la propuesta de sectores de la plutocracia de emisión de bonos por la UE.

- Su programa está firmemente orientado al apoyo de la UE imperialista, que es un enemigo de los pueblos, y emite la preocupación para su salvación y “corrección”, no para su disolución.

Se refiere a “un cambio completo en el modelo de la construcción europea” (p.17) y se menciona que: “Nos comprometemos a cambiar sustancialmente la actual Política Exterior… de la UE” (p.82) sin cuestionar, ni siquiera por un solo momento, esta unión interestatal imperialista y, mucho más, sin mencionar la necesidad de retirada de todos los países de ésta.

De hecho, se legitiman plenamente los criterios de Maastricht y de los pactos de estabilidad, que son la palanca para la promoción de la política antiobrera, mediante la propuesta de “aumentar el plazo para reducir el déficit al 3% al 2016” (p.17). Se declara la lealtad a los criterios que establece el gran capital para reducir aún más el precio de la fuerza de trabajo.

Se menciona que: “La Unión Europea debe proceder a la compra de deuda soberana de los países miembros y emitir bonos propios hasta donde sea necesario para impedir la especulación” (p.18). Es decir, se fomenta la lógica de que la UE puede adquirir un carácter pro-popular y que, a través de ésta, hay una salida de la crisis que puede beneficiar a la clase obrera y los sectores populares pobres. Al mismo tiempo, es bien sabido que la Unión Europea fue creada por los gobiernos burgueses: por un lado, para defender los monopolios europeos en su concurrencia internacional con los monopolios norteamericanos, rusos, japoneses, chinos, etc., y, por otro, para explotar con mayor intensidad y de manera coordinada a los trabajadores, protegiendo el poder burgués con nuevos mecanismos políticos y represivos. ¡Esta es la Unión Europea, una unión que sirve a los monopolios! No se corrige desde dentro, porque los monopolios son su “célula” y el poder burgués su “columna vertebral”. La única perspectiva pro-popular para los trabajadores es la retirada de los países de esta unión y el establecimiento del Poder Popular que conduzca a la socialización de los medios básicos de producción, a la planificación central y al control obrero. Solamente este poder puede salvar al pueblo de la enorme deuda pública, de la cual no tiene ninguna responsabilidad. Su programa llama a la Unión Europea a establecer una excepción a la libertad de los movimientos de capitales entre los Estados miembros y los paraísos fiscales (p.12). Es decir, no se opone, en general, a la libertad de movimientos de capitales (un principio básico del Tratado de Maastricht que el PIE y su Presidencia, en la que participa el Partido Comunista de España, apoyan), sino que pide excepciones de la regla general que, por supuesto, se mantiene válida y es una herramienta en manos del capital para aplastar los logros y los derechos de los trabajadores y del pueblo. Estas propuestas también son propuestas de gestión y no de derrocamiento de la barbarie capitalista.

- De hecho, su programa exonera al capitalismo y promueve la idea de que el capital y su poder, que se basan en la explotación capitalista, pueden ser supuestamente “morales” y “justos”. ¿Qué más puede ser la posición siguiente (p.51) si no una descripción de una supuesta “buena gestión” del capitalismo?: “En caso de que se inicien procesos de privatización, IU se compromete a luchar contra ellos en colaboración de sindicatos y movimientos sociales, exigiendo que esta decisión se adopte, al menos, con transparencia y de forma democrática, con la participación efectiva de los ciudadanos afectados”. Así como, en la página 81, el objetivo de “que, en los acuerdos comerciales de la UE, se exija de forma real el cumplimiento de los Derechos Humanos”. Es decir, privatizaciones, acuerdos comerciales capitalistas con… ética y con transparencia; un capitalismo... moral, que, según el programa de IU, y las posiciones del PIE, es posible.

Camaradas, lo anteriormente mencionado es sólo una muestra de las posiciones que confirman la crítica del periódico del KKE. Estas posiciones no tienen nada que ver con la lucha por el derrocamiento del poder capitalista; al contrario, proporcionan una coartada al capitalismo, fomentan ilusiones y ofrecen servicios para su perpetuación, sobre todo en un período en el que cada vez más obreros, trabajadores, se dan cuenta de sus impasses y buscan una salida de la barbarie capitalista. Esta salida no puede ser el llamado “socialismo de siglo XXI”, que constituye una negación del socialismo científico, del poder obrero, de la socialización de los medios de producción y de la planificación central, y, en esencia, busca un capitalismo humanizado, cuya existencia es imposible.

Por último, en su carta dirigida a nuestro Partido, mencionan que “ya es la hora de unidad de la izquierda consecuente con el fin de converger…”. La línea socialdemócrata de gestión de un capitalismo humanizado y la negación del socialismo construido en el siglo XX mediante posiciones anticientíficas, que carecen de fundamentación histórica, son la base ideológica y política de la llamada “unidad de la izquierda”. Estas posiciones ponen obstáculos en la lucha de clases, en la concentración de fuerzas sociales y populares contra la vía de desarrollo capitalista. Y esto ocurre en las condiciones en que la actividad coordinada conjunta de la clase obrera, de los trabajadores autónomos, de los campesinos pequeños y medianos, de las mujeres y de la juventud es imprescindible para fortalecer la alianza popular y la lucha por los intereses de los trabajadores, por el derrocamiento del poder de los monopolios.

Esta línea ha sido confirmada, además, por nuestra experiencia, por el desarrollo de la lucha de clases en Grecia, donde, como es sabido, con el papel protagonista del PAME, se han organizado más de 22 huelgas generales, numerosas confrontaciones clasistas de varias formas bajo la consigna “sin ti no se mueve ni siquiera un engranaje, los obreros pueden prescindir de los patrones”, centrando la atención en la organización de la lucha en las fábricas, en los centros de trabajo.

Camaradas, respondiendo a su petición, vamos a publicar en nuestro periódico, “Rizospastis”, su carta y nuestra respuesta, para que los trabajadores se informen sobre las posiciones de su partido y para que saquen sus propias conclusiones.

Sección de Relaciones Internacionales del CC del KKE

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