Olot (Girona), 17 de enero de 2012 / Cartas al Director / JD Mez Madrid.
En China el régimen comunista sigue sin respetar los derechos humanos. Lo que le sucede a la Iglesia católica es una buena muestra. Dos de sus obispos más ancianos permanecen en prisión desde hace años y no se sabe el número de sacerdotes que se encuentran internados en campos de trabajo. Las autoridades pretenden desde hace décadas controlar la vida de los fieles. Es evidente que el desarrollo económico, a largo plazo, no es sostenible sino respeta la ecología de lo humano. Y el primer principio de esa ecología es la libertad. A corto plazo, Occidente no puede permanecer callado ante su atropello. Pero, con el tiempo el problema puede ser mayor, puesto que China tiende a ser la primera economía del mundo. Sin duda, es “inquietante”.
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