San Bartolomé de Tirajana, 19 de febrero de 2012 / Cultura / Gabinete de Prensa.
Los vecinos del pequeño pueblo de Ayagaures se reunieron el sábado en su plaza para vivir como un hecho histórico el descubrimiento de un mural de piedra dedicado al pino de Pilancones y la apertura de su primera biblioteca -después de tantos años- en la sede de la asociación vecinal.
Fue un acto tan entrañable y emotivo para el escaso vecindario que hasta el matrimonio finlandés formado por Henrik y Renate Appelqvist, que sólo viven en Ayagaures 3 ó 4 meses al año, “no sólo por el clima, la vida natural, el silencio y las montañas, sino porque nos encantan el croar de las ranas y el sonido del viento entre las cañas de la presa y del barranco”, dicen, decidieron sumarse a la fiesta.
Ernesto López Mejías, de 9 años, lee su poesía en uno de los tres paneles fijos instalados en la plaza |
También ayer, y como experiencia innovadora a nivel nacional, las narraciones poéticas salidas de aquel taller se inauguraron colocadas en tres paneles permanentes para disfrute de los visitantes. Los propios niños leyeron sus textos literarios, y fueron agasajados con dos regalos: un bloc de notas con bolígrafo para seguir indagando sobre las letras, y el préstamo del libro “El mar de Agaete”, del propio Ramírez Viu, quien se comprometió a mantener con ellos un encuentro literario durante el próximo mes de mayo para conversar y responder a posibles interrogantes sobre la obra.
Carta del alcalde
En el acto también intervino la primera teniente de alcalde y concejala de Cultura, Elena Álamo, para leer una carta del alcalde Marco Aurelio Pérez dirigida a los vecinos de Ayagaures. En ella se disculpó por su ausencia y les agradeció que tuvieran “la sana e inteligente iniciativa propia de activar la cultura de este pueblo emblemático, desde el convencimiento de que con esfuerzo y tesón todo es posible”.
“Ayagaures a partir de hoy ya no será el mismo. Los vecinos tienen un nuevo motivo para sentirse orgullosos de pertenecer a este pueblo. Ya no habrá caminante, dominguero, ciclista, forastero o turista que se acerque hasta aquí y no se lleve una fotografía junto a este mural de piedra como recuerdo”, les dijo por escrito el acalde.
Tras la inauguración de la galería permanente de casi un millar de fotografías antiguas sobre la construcción de la presas y sobre la cotidianidad de la vida de los lugareños durante las décadas de los años 30 hasta finales del siglo pasado, los vecinos se arremolinaron para hacerse una foto de familia frente a su sede vecinal y dispusieron un convite con productos de la tierra para terminar de festejar.
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