Málaga, 18 de febrero de 2012 / Cartas al Director / Eli B. Vile.
Sr. Director:
Bajo este título muchos medios han llevado a su portada hace unos días la noticia del nacimiento de una niña a la que han puesto el nombre de Estrella, porque según sus padres “va a ser la estrella de su hermano Antonio” que permitirá por medio de un transplante de células ayudar a su hermano de una enfermedad hematológica severa.
El nacimiento de una nueva vida, siempre es una buena noticia, pero no olvidemos que a pesar de que el objetivo de salvar una vida sea loable, no se puede permitir que el fin justifique cualquier medio, en este caso, el sacrificio de otras vidas, aunque sea en estado embrionario, para aceptar la selección embrionaria los padres han sacrificado a otros niños, también hermanos de Antonio, que tenían la misma posibilidad de nacer que Estrella. Consideremos que las palabras de los padres son claras "ha nacido para curar a su hermano", por tanto no se trata de un ser querido en sí mismo sino en cuanto que…
En estos momentos, los avances científicos permiten otras alternativas que no atentan contra la dignidad ni suponen costes de vidas. Es el caso del uso de los cordones umbilicales congelados para obtener material celular. Ya existen bancos de este tipo en nuestro país, y su eficiencia curativa ha quedado perfectamente acreditada, incluso en pacientes que no guardan parentesco con el donante, por lo que recurrir al diagnóstico preimplantacional es innecesario.
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