Girona, 18 de febrero de 2012 / Cartas al Director / Jesús Domingo Martínez.
La Iglesia católica existe para anunciar el Evangelio de Jesucristo a todas las personas, y de ahí brota su dedicación a los más necesitados. Con la ayuda de cientos de miles de voluntarios, a través de las parroquias y otras organizaciones, la Iglesia trabaja cada día en centenares de hospitales, casas para ancianos, inválidos y enfermos crónicos; orfanatos, guarderías, centros de caridad, consultorios para la defensa de la vida y la familia. La labor que desarrollan las parroquias y centros educativos a los que asisten millón y medio de alumnos contribuye decisivamente a la cohesión social y a mantener viva la esperanza y la conciencia del valor de la vida en medio de una tremenda crisis. Como reza el lema: nunca tanto se hace con tan poco esfuerzo como marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta. Y recuerdo que la Iglesia se sostiene exclusivamente con las aportaciones que los ciudadanos deciden dedicarle con plena libertad, ya sea directamente o a través del IRPF. Directamente no recibe un euro de Estado.
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