Palafrugell (Girona), 19 de abril de 2012 / Cartas al Director / José Morales Martín
El Rey de España ha pedido disculpas a la salida del hospital en el que estaba ingresado por causa de un accidente durante una visita privada a Bostwuana. Sobra comentar los motivos de accidente.
Pienso que con este gesto, no deja de ser un gesto de humildad, entramos en una nueva fase en la que las aguas deben volver a su cauce. El Rey ha prestado impagables servicios y que han hecho posible que se perciba con más claridad cuál es la función de la Monarquía constitucional dentro de nuestro sistema, cuáles sus deberes y cuáles sus derechos constitucionales.
El lenguaje de doble sentido, la doble moral de la que han hecho gala algunos partidos políticos y algunos medios, no contribuye a una equilibrada ponderación de los efectos que este accidente pueda tener y de las lecciones que todos debamos aprender. La Monarquía, siendo fiel a la función que le reconoce nuestra Carta Magna, es garantía de la necesaria estabilidad institucional de España, otra cosa es la debilidad, que como hombre pueda mostrar el monarca en momentos determinados. “Errare humanum est”.
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