Girona, 22 de abril de 2012 / Cartas al Director /
La pasada semana hemos celebrado que Benedicto XVI ha cumplido 85 años y que hace 7 fue elegido Papa. Se trata, sin duda, de una vida grande, en cantidad y en calidad, entregada al servicio de la Iglesia, en los últimos siete años en la sede de Pedro.
Sus aniversarios son ocasiones para dar gracias a Dios por su vida y en particular por los años de Pontificado que nos está regalando. El Papa ha hecho una apuesta decidida por mostrarnos lo esencial de la fe cristiana. Debemos agradecerle su magisterio, su concepción dinámica de la Tradición de la Iglesia, su lección de vida y de fe; una fe que permite desarrollar en plenitud la razón y la libertad; debemos su testimonio y su interés por anunciar el Evangelio en todos los rincones del mundo; y debemos darle gracias por no cesar en el empeño de establecer puentes de diálogo con los no creyentes, en la perspectiva de una nueva evangelización que nos urge a abrir el acceso a Dios al hombre contemporáneo. Por todo ello y por todo cuanto queda guardado en el corazón de tantos hombres de bien que le aprecian, aunque con una semana de retraso: ¡gracias, Santo Padre! ¡Muchas felicidades y que cumpla muchos más!
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