En su
discurso de las fiestas de San Fernando
El
artista grancanario denuncia el derribo de obra civil y turística histórica, y
pide “reflexión y escarmiento” para el futuro
El artista grancanario Pepe Dámaso Trujillo
reclamó este jueves el Faro de Maspalomas para el Sur y el municipio de San
Bartolomé de Tirajana como un “símbolo turístico internacional maravilloso”.
“Yo sé que el Faro es de Costas, pero me gustaría
hacer una llamada a la revolución para ver si de una vez se lo dejan al Sur,
porque ahora es como si el Dedo de Dios fuera de Gáldar. El faro debe ser de
aquí, porque es un símbolo internacional maravilloso”, afirmó.
Esta petición la hizo el artista de Agaete en el
transcurso del pregón que ofreció ese jueves entre amigos y ante numeroso
público en el Centro Cultural de Maspalomas, con motivo de las fiestas
patronales de San Fernando de Maspalomas y dedicado al ex alcalde “mi amigo
Paco Araña”, dijo.
En su discurso, “sincero y ameno” según él y calificado
de “pregón interactivo y singular” por el alcalde Marco Aurelio Pérez, Pepe
Dámaso no siguió ninguna pauta reglada o escrita. Fue un pregón distinto, muy
plástico, en el que interactuó con el público y utilizó como excusa inicial y de
partida una silla plegable “obra de arte” perteneciente a la antigua iglesia
del poblado viejo de San Fernando.
A través de aquella edificación religiosa emblemática,
obra del arquitecto Manuel de la Peña, narró su vinculación con éste y con el
surgimiento de las primeras edificaciones turísticas, y aprovechó su
desaparición hace algunos años “derribada por la mano destructora de la pala
mecánica”, para pedir mayor “reflexión” de cara al futuro.
“Tirarla abajo sin que mediara ninguna actitud de
rechazo por parte del pueblo que tenía que haber protestado”, dijo, “no fue
sólo un hecho de incultura y desconocimiento. También tiraron el mural Balos en
el Hotel Costa Canaria o la antigua Rotonda de San Agustín, y lo digo para que
lo meditemos y tomemos como escarmiento”, señaló.
En esa línea se pronunciaron también durante este
pregón las palabras del arquitecto Luis López, con quien Dámaso colaboró en
distintas obras arquitectónicas que les solicitó el empresario Estanislao
Mañaricua para sus hoteles Gloria Palace de San Agustín y Amadores.
“Tenemos mucho que mejorar y que cambiar en las
cosas que se hicieron, y hacer una apuesta por la calidad. En el futuro hay que
plantearse todo lo que se haga con una extraordinaria calidad porque de otra
forma no se podrá competir. Hacer promociones turísticas no pensando
exclusivamente en el beneficio a corto plazo sino a largo plazo. Eso solo es
posible con auténtica calidad, no sólo por materiales sino por concebir los
proyectos con ambición de bienestar y atractivo internacional”, afirmó López.
La cucaña
Pepe Dámaso aludió en su discurso a la invitación
personal que le formularon el alcalde y el concejal de Turismo, Ramón Suárez,
para que participara en la celebración del cincuentenario de Maspalomas, de
cuyo cartel conmemorativo es autor. “Acepté y les dije que cualquier celebración
debía servir de reflexión mirando hacia el futuro”.
“Me he unido (al proyecto del cincuentenario) con
todo mi corazón porque me emociona ver la cantidad de cosas que he hecho por
esta bendita tierra. Me gusta de verdad. No he tenido amores aquí pero ha sido
por las dunas, por el calor, por la tropicalidad, por los aparceros. Me
conmueve pensar que antes del turismo hubo otros hombres que trabajaron aquí
con el sudor de su frente”.
En relación a la aparcería aludió también en su
discurso a la cucaña, convertido en motivo principal de muchas de sus pinturas
y proyectos esculturales, y utilizado como referente en el cuadro cedido al
Ayuntamiento para el cartel anunciador de las Fiestas de San Fernando 2012.
“La cucaña fue la primera imagen que vi cuando
vine al Sur, bonita, casi como una pequeña iglesia, como una capilla. Allí se
dejaban a los niños mientras amarraban los tomateros, allí seguramente se hizo
el amor, y allí guardaban la comida y allí echaban la siesta”, comentó.
Mestizaje y
Manrique
Dámaso aludió a la interculturalidad que puebla
San Fernando de Maspalomas, y mostró su apuesta por la modernidad. “Yo veo al San Fernando mestizo e internacional como un
pastiche de modernidad, unido al progreso de la zona turística con las
necesidades de vivir del mar, de las dunas y del dinero que allí se hace. Eso
sería lo justo. Creo que debe insistirse en la modernidad para encontrar un
patrimonio verdaderamente interesante”, afirmó.
Durante su intervención le preguntó al alcalde: “Marco
Aurelio, ¿Por qué se acordaron de mí?”, y éste respondió: “buscamos a una
persona que siempre estuvo vinculada a Maspalomas, y que sigue vinculada a ella
con proyectos pendientes de realizar aquí, y que fuese capaz de expresar lo que
pretendemos con este destino turístico como esperanza de Gran Canaria”.
Pero no fue el único. También preguntó al
empresario Antonio Santana Miranda, uno de los precursores del turismo en
Maspalomas, con quien dialogó micrófono en mano sobre el sur que conocieron el
grupo de artistas e intelectuales de los años 50 conformado por Pedro Mainou,
Pedro Lezcano, Ricardo Lezcano, Juan Hernández Calimano, Millares, García
Panadero, Eduardo Miranda y otros… “cuando de Agüimes para abajo no había nada”.
Dámaso no olvidó en su intervención a su amigo
César Manrique, sobre quién anunció que está preparando y ultimando la edición
y difusión de toda la correspondencia que ambos mantuvieron durante su
trayectoria artística y vital, más de 200 cartas con bocetos y dibujos del
artista lanzaroteño, impregnadas de su filosofía y de su alegría de vivir. “Juntos
visitamos las dunas. A los dos nos gustaba la tropicalidad”, recordó Dámaso,
quien finalizó su pregón apostando por la necesidad de que “todos arrimemos el
hombro”.
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