Madrid (España), 20 de septiembre de 2012 / Derechos Humanos / Gabinete de Prensa.
Según informan, el grupo de activistas entregaron una serie de cartas dirigidas a José Manuel Barroso (Presidente de la Comisión Europea), Martin Schulz (Presidente del Parlamento Europeo), Mario Draghi Presidente del Banco Central Europeo) y Herman Van Rompuy (Presidente del Consejo Europeo. Ante la imposibilidad de obtener una seguridad en la atención a sus demandas, han manifestado su resolución a permanecer en la sede de Representación de la Comisión hasta obtener alguna respuesta directa de los destinatarios de sus peticiones. Creen así poder obtener el compromiso de que el rescate financiero que solicite España a la Unión Europea garantice implícitamente la atención a las necesidades de las personas que precisan asistencia personal para desarrollar las actividades que les permitan residir en sus domicilios, contando con los apoyos y recursos necesarios para vivir en sus comunidades y evitando la institucionalización.
En estos momentos, otros activistas y simpatizantes del FVID se han acercado hasta las puertas de los oficinas tras saber de esta resolución de sus compañeros preocupados por su estado.
A las instituciones europeas:
Estamos preocupados, porque si antes de
la crisis hemos sido tolerados con grandes restricciones y castigados con la
indiferencia y el engaño, ahora mismo, a pesar de las declaraciones políticas
de buenas intenciones, tememos las manifestaciones palpables de falta de
respeto hacia la dignidad, el cuerpo y la libertad de las personas con
diversidad funcional. Prueba de ello son las que nuestra gente ya está
experimentando.
Todavía nos estremece el titular
<<Un viudo se suicida tras matar de un tiro a su hijo
discapacitado>>
Aquí
están Ustedes:
-
Tratando de encontrar
soluciones a una crisis financiera creada por los bancos y los gestores de
malas políticas públicas.
-
Estipulando programas de
asistencia financiera destinados a preservar el sistema bancario y asear las
cuentas del estado.
-
Definiendo medidas de ajuste
financiero que se identifican mediante asépticas variables macroeconómicas.
-
Exigiendo esfuerzos de
austeridad que se plasman en las condiciones políticas y los recortes presupuestarios
requeridos al estado.
-
Distantes de las decisiones
que toma el gobierno cuando traslada las condiciones exigidas, y ajenos a su
impacto en las vidas humanas de la ciudadanía.
-
Favoreciendo la transformación las políticas de ganar tiempo, que anunciaban que
‘la próxima generación disfrutará de igualdad de derechos’, en las nuevas
políticas de prescindencia, cuyo lema sería ‘sálvese quien pueda’.
-
Acelerando el entierro de los
derechos sociales y de la Solidaridad.
-
Aislados de los efectos de la
crisis que, arrojada sobre las personas corrientes, devora la dignidad y las
vidas de nuestra gente.
Aquí
estamos nosotros:
-
Tradicionalmente
empujados, cuando no obligados, a vivir agrupados en residencias apartados de
los ambientes normales de la comunidad.
-
Expuestos a
la reducción de los insignificantes recursos inclusivos para personas con
discapacidades severas con necesidad de apoyos generalizados.
-
Observando
que las tradicionales opciones de apoyo personal basadas en la institución
familiar se revelan inútiles la sociedad cuyas estructuras familiar y de empleo
son cualquier cosa menos estables y seguras.
-
Invadidos por
la inquietud y la sensación de riesgo vital que se extiende cada vez a muchas
más personas en situación de dependencia.
-
Presenciando
la agobiante situación que nuestra gente está soportando, y descubriendo casos
dramáticamente irreversibles.
-
Y porque no
vemos señales morales ni materiales que nos hagan pensar en que nuestras vidas
no vayan a ser expuestas a riesgos hasta hace poco evitables, y no estamos
dispuestos a que las personas con discapacidad sean sacrificadas pagando con su
dignidad o con sus vidas.
-
Advertimos a
las instituciones europeas que deben velar porque esto jamás suceda y deben
poner todo el empeño necesario en ello.
Y
esto es lo que queremos:
-
Queremos que
se acepte con claridad y con certezas nuestra humanidad, impidiendo el trato
como sub-personas, impulsando y promoviendo de forma efectiva medidas para el
trato como ciudadanos iguales dentro de la sociedad europea y su cultura de
civilidad.
-
Queremos
conductas políticas y administrativas ajustadas a los derechos humanos, a la
luz de la Convención adoptada por la UE y por España, respetuosas con nuestra
condición de ciudadanos de igual valía para Europa, disponiendo los recursos
adecuados para su realización inmediata.
-
Queremos que
tras las dramáticas medidas de la economía de austeridad comiencen cuanto
antes, las medidas de impulso al crecimiento.
-
Queremos que
entre las primeras medidas de crecimiento se establezcan reglamentariamente las
destinadas a fomentar los derechos humanos de las personas con diversidad
funcional que precisan apoyos personales, pudiendo así estimular la
contratación de servicios de asistencia con impacto directo en el empleo, el
consumo y los ingresos fiscales.
-
Queremos
que los fondos concedidos por UE a los países que los precisen sean
condiciondos a que primeramente se atienda a las necesidades de las personas
que precisan asistencia personal para desarrollar las actividades que les
permitan vivir en sus domicilios, contando con los apoyos y recursos necesarios
para vivir incluidos dentro de sus comunidades y evitando la
institucionalización y el apartamiento, y con un nivel de dignidad que no haga
avergonzarse en un futuro a los europeos, como ocurrió en la etapa del nazismo, donde todo el mundo miraba para otro
lado cuando los “enfermos incurables” eran “sacrificados” fuera de la vista de
la sociedad en centros especiales.
Las personas con diversidad funcional
en Europa vamos a cerrar filas contra la desvalorización de nuestra humanidad y
de nuestras vidas, que ya se manifestaba a través
de las viejas formas de discriminación, exclusión y segregación. Y debemos
hacerlo porque defendemos los derechos humanos, que son de todas las personas,
y porque si no tomamos medidas corremos el riesgo de encontrarnos ante la
propagación de nuevas formas de prescindencia que acorralan a nuestra gente.
Las
reformas económicas y los programas de asistencia financiera han de servir para
favorecer los derechos de los ciudadanos más vulnerables, o nos situaremos
dando la espalda a uno de los valores fundamentales de Europa, porque la
estructura de poder debe respetar los derechos humanos o será espuria.
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