Girona (Cataluña), 12 de enero de 2014 / c
Ante la falta de soluciones creativas para salir de la crisis, se han buscado chivos expiatorios. La reflexión de la Asamblea Plenaria de los obispos de la Unión Europea llegaba en un momento de profundo descontento en la Unión que beneficia especialmente a los partidos nacionalistas y euroescépticos. Frente a ese desánimo los obispos reafirmaban su fe en el proyecto comunitario. “Más Europa para conseguir una Europa mejor”, pedia el presidente de los episcopados. Es una invitación a redescubrir los valores fundacionales de la Unión, de raíz cristiana, y a buscar en ellos inspiración frente a los retos que afronta el continente. Pero para eso, es necesario que los propios cristianos no tiren la toalla, sino que trabajen de forma activa por una Unión Europea más justa y abierta de la que todos podamos sentirnos orgullosos.
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