jueves, 8 de mayo de 2014

Una responsabilidad de las instituciones católicas

Girona (Cataluña), 8 de mayo de 2014 / Cartas al Director / Jesús Domingo Martínez

La formación más íntima y profunda se puede realizar, según el Papa, “equilibrando constantemente el rigor intelectual en el comunicar la riqueza de la fe de la Iglesia con la formación de los jóvenes en el amor de Dios, a la práctica de la moral cristiana y de la vida sacramental y a la oración personal y litúrgica”.

Es evidente, a este punto, que “la cuestión de la identidad católica, no sólo en los ateneos, supone mucho más que la enseñanza de la religión o la mera presencia de una capellanía en el campus”.

“Demasiado a menudo –constató el papa- parece que las escuelas católicas y los college hayan fallado” en estimular a los propios estudiantes a “reapropiarse de la fe”, como parte del propio crecimiento intelectual. Por otra parte, observó con amargura, esta situación es índice de que muchos estudiantes están hoy desligados no sólo de la escuela sino también de la familia y de la comunidad, que “antes facilitaban la trasmisión de la fe”.

Aumenta, por tanto, la responsabilidad de las instituciones católicas a las que “se exige crear todavía más una red de apoyo”, con el fin de “superar la crisis actual de las universidades”. A la luz de todo esto, “los estudiantes deben ser animados a desarrollar una visión de armonía entre fe y razón que pueda guiar su vida” y, naturalmente, las enseñanzas, desempeñando su propio papel, deben inspirar a los otros con “su amor evidente por Cristo”.

La invitación final es, por tanto, que las instituciones católicas, así como todo intelectual cristiano, crea firmemente que “ningún aspecto de la realidad queda al margen y no tocada por el misterio de la redención de Cristo Resucitado” y, convencidos de esto, estén deseosos de anunciarlo a los otros.

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