Girona (Cataluña), 7 de julio de 2014 / Cartas al Director / Jaume Catalán Díaz
Estos últimos meses la sociedad española asiste perpleja a la instalación de un clima de violencia provocado por grupos radicales de izquierda, que en algunas ocasiones ha conseguido paralizar la vida ordinaria de la ciudad y de algunas instituciones básicas para la ciudadanía, como es el caso de los campus universitarios madrileños. No se trata de la libre expresión de las ideas, ni del derecho de manifestación o de huelga amparados por la Constitución. Tampoco es la expresión del sufrimiento de la gente, como dicen con patética banalidad algunos líderes de la izquierda. Se trata de un intento diseñado estratégicamente para alterar el orden constitucional y desestabilizar el sistema, como bien lo ha definido el director general de la Policía. Esto va más allá de los fenómenos de violencia urbana y hay que definirlo como terrorismo callejero.
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