Palamós (Girona), 7 de agosto de 2014 / Cartas al Director / Xus D Madrid
Mosul, la segunda ciudad más importante de Irak, donde se encontraban refugiadas las minorías cristianas escapadas de las matanzas en otros puntos del país, ha caído en manos de los yihadistas del llamado “Estado islámico de Irak y del Levante”, vinculada a la organización terrorista “Al Qaída”.
En estas circunstancias, me ha sorprendido que la suerte que han estado corriendo los cristianos, no era la noticia que más preocupara ahora ni a los iraquíes ni a la comunidad internacional. Lo que ocurre en Irak, en realidad, es una fase más de los odios que, desde el comienzo mismo de la era islámica, enfrentan a las comunidades chiitas y sunitas, particularmente agudizados a partir de la evacuación de las tropas norteamericanas tras una guerra que solo ha servido para agitar el avispero islámico.
Eso es lo que realmente les preocupa a unos y a otros, lo que les pase a los pocos cristianos que aún quede, desgraciadamente para ellos y para la sociedad, tiene muy poca importancia.
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