Girona (Cataluña), 25 de agosto de 2014 / Cartas al Director / Jaume Catalán Díaz
En la Misa celebrada con ocasión de la VI Jornada de la Juventud Asiática y en presencia de unos cincuenta mil jóvenes llegados de todo el continente, el Santo Padre explicó el gran papel que tuvieron Paul Yun Ji-Chung y sus 123 compañeros mártires, recientemente beatificados y de los que ellos son sus herederos.
El obispo de Roma pidió a los jóvenes asiáticos que dejen que “Cristo transformara su natural optimismo en esperanza cristiana”. “Este es el camino para vencer todo lo que amenaza la esperanza, la virtud y el amor en vuestra vida, en vuestra cultura”.
El Santo Padre dijo también que los jóvenes cristianos asiáticos son una “parte necesaria y apreciada del presente de la Iglesia”, por eso les pidió que continúen unidos a Dios, a pesar de las tentaciones de la vida, como tuvieron los discípulos en la lectura del Evangelio de este domingo. Finalmente el Papa invitó, como dice el Salmo responsorial, a “Cantar con alegría”, “esta misericordia es la que nos salva”, para terminar con una vibrante exclamación: “¡Juventud de Asia, levántate!”. Me parece una buena ocasión para que nos recordemos, los que estamos a miles de Km, de esta juventud.
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