miércoles, 15 de abril de 2015

El Bitcoin, la moneda digital, sus críticas y repercusiones en sus usuarios y en la sociedad


Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 15 de abril de 2015 / Bitsoin una nueva moneda / José Antonio Cabrera. ASSOPRESS

Las críticas a Bitcoin se fundamentan en dos aspectos. Por un lado, las repercusiones que puede tener sobre los propios usuarios de la moneda; por otro, las repercusiones sobre la sociedad en su conjunto, por su potencial de transformar las relaciones entre los ciudadanos.

Los usuarios actuales del bitcoin podrían sufrir pérdidas patrimoniales en el caso de una disminución de su uso por el menoscabo de la confianza en el protocolo o la moneda, por la volatilidad del tipo de cambio, por la pérdida irreversible de fondos debido a robos en las casas de intercambio, errores en el software, virus informáticos, ataques de denegación de servicio, etc.

La bancarrota de la plataforma de intercambio Mt.Gox, que en febrero de 2014 desapareció con 650.000 bitcoines de sus depositantes, alertó sobre la conveniencia de regulación de este tipo de entidades. Tras el colapso, la presidenta de la

​​Reserva Federal, Janet Yellen, informó que Bitcoin es una innovación que se encuentra al margen del sistema bancario y​ ​que por tanto no estaba autorizada para regularlo. El Banco Central Europeo indica que no existe protección de depósitos para fondos en bitcoin, y que es el propio usuario el que debe hacer frente directamente a todos esos riesgos.

La operación normal de Bitcoin se realiza bajo el supuesto de la libre y permanente disponibilidad de la conexión a otros computadores a través de Internet. En tiempo de guerra, diversos factores como eventuales ataques militares a la infraestructura de Internet o prohibiciones gubernamentales de conexión al exterior (de forma similar a las hoy existentes en Turquía o China) podrían obstaculizar la verificación de las transacciones de Bitcoines.

Por otro lado, la sociedad podría transformarse significativamente si el uso del bitcoin consiguiera ser más o menos generalizado. Los bancos centrales verían limitada su influencia sobre los sistemas de pago, regulación, estabilidad financiera, política monetaria y estabilidad de precios. El anonimato de Bitcoin puede simplificar la compra de drogas y otras mercancías ilegales, el lavado de dinero y la evasión de impuestos. Los gobiernos podrían trasladar la presión impositiva hacia otros activos más fáciles de vigilar para compensar las pérdidas de ingresos.

Como el bitcoin no está respaldado por el gobierno de ningún país, no se rige por la normativa del Fondo Monetario Internacional. Por esta razón, si el bitcoin alcanzare un valor significativo, podría llegar a suponer una amenaza a la estabilidad de las divisas mediante la puesta en marcha de ataques especulativos, a no ser que el propio Fondo Monetario Internacional desarrollara algún método fuera de la normativa actual para evitarlo.

Tailandia y China fueron los primeros países en prohibir el uso de la moneda virtual Bitcoin a nivel estatal y bancario, para poder seguir controlando las operaciones y el flujo de capital. Sin embargo, los ciudadanos sí son libres de utilizar la moneda digital bajo su propio riesgo.

De acuerdo con los criterios emitidos por el Fondo Monetario Internacional, tampoco se lo considera una divisa, "(...)ya que no cuenta con el respaldo de los bancos centrales de otros países". Sin embargo, esto no constituye una prohibición para que los ciudadanos empleen y efectuen intercambios con esta moneda, aunque la circular es clara al especificar que la responsabilidad de conocer y asumir los riesgos relativos al uso de la misma corresponde totalmente a las personas.

No hay comentarios: