Madrid (España), 14 de mayo de 2015 / Cartas al Director / Josefa Romo
El terremoto de Nepal nos ha traído, a la memoria, la impresionante labor de la Iglesia Católica en el mundo: como si fuera un " hospital de campaña", da bálsamo y cura las heridas de la humanidad doliente. Cáritas y otras de sus organizaciones ( jesuitas, salesianos, etc. ) se pusieron inmediatamente en marcha. Por su parte, el Papa Francisco envió una primera ayuda de 100 mil dólares. Cuando ocurre alguna calamidad, la Iglesia es la primera que aparece dando el callo. Con dos mil años de historia, se mantiene joven. Atiende a huérfanos y al 25% de los afectados por el sida en el mundo, sin que la igualen otras instituciones de carácter político o civil.
En el oeste de África, está en primera línea de batalla junto a los enfermos de Ébola, y coordina la ayuda internacional; mientras otros huyen, los misioneros se quedan y dan la vida. En estos tiempos de crisis económica, Cáritas es la organización más eficaz en la prestación de ayudas: en España, además de dar techo y comida a miles de familias, ha conseguido que se incorporen, al mercado de trabajo, 13.681 personas. La Iglesia Católica es la primera en denunciar las situaciones de injusticias. Y, lo más importante: presenta a Jesucristo, Dios hecho hombre y lleno de Misericordia, que llena el corazón humano. Es la única institución que ha sabido reconocer y pedir perdón por los errores de algunos de sus hijos en el pasado y en el presente.
¡Vaya mi felicitación para la Iglesia Católica!
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