Baños de Valdearados (Burgos), 18 de julio de 2015 / Cartas al Director / Domingo Martínez Madrid
Sr. Director
El Papa lo recuerda en uno de los últimos párrafos de la Encíclica Laudato si: “Al final nos encontraremos cara a cara a la infinita belleza de Dios, y podremos leer con feliz admiración el misterio del universo, que participará con nosotros de la plenitud del fin. Sí, estamos viajando hacia el sábado de la eternidad, hacia la nueva Jerusalén, hacia la casa común del cielo” (n. 243).
Con esa perspectiva, es lógico que el Papa subraye que toda idea de progreso y desarrollo, tan necesarios para erradicar la pobreza del mundo, y desarrollar así las energías escondidas en la propia naturaleza, debe ir acompañado de una valoración ética que, más que un límite, será un cauce para el progreso.
“No es posible frenar la creatividad humana. Si no se puede prohibir a un artista el despliegue de su capacidad creadora, tampoco se puede inhabilitar a quienes tienen especiales dones para el desarrollo científico y tecnológico, cuyas capacidades le han sido donadas por Dios para el servicio a los demás. Al mismo tiempo, no pueden dejar de replantearse los objetivos, los efectos, el contexto y los límites éticos de esa actividad humana que es una forma de poder con altos riesgos” dice Francisco en el punto (n. 131) de la Laudato si.
Muy cordialmente
Domingo
No hay comentarios:
Publicar un comentario