Girona (Cataluña), 31 de julio de 2015 / Cartas al Director / Enric Barrull Casals.
La conmoción producida por el reciente hallazgo en un contendor de basura de un recién nacido, desvela la confusión moral que afecta a buena parte de la sociedad sobre el derecho a la vida. Es una contradicción admitir con toda normalidad el aborto libre y condenar el abandono de alguien que acaba de nacer. Es evidente que una parte de la sociedad se ha acomodado en un relativismo moral que hace compatible tan profunda contradicción. Pero más allá de la confusión que ha llegado a paralizar una profunda reforma de la llamada “Ley Aído”, la cuestión que sigue pendiente en la calle es el valor que se reconoce a la vida humana desde su inicio.
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