Girona (Cataluña - España), 14 de diciembre de 2015 / Cartas al Director / Enric Barrull Casals
Este año santo, Año Santo del Jubileo de la Misericordia, es un don de gracia. Entrar por la Puerta Santa significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno. Además, con este motivo recordamos otra puerta que abrieron hacia el mundo hace 50 años los Padres del Concilio Vaticano II. No se trata de evocar sin más tiempos pasados. Aquel fue un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo, allí donde viven: en la ciudad, en casa, en el trabajo. Y allí sigue llamada la Iglesia a ir, para llevar a todos la alegría del Evangelio y llevarles la Misericordia y el perdón de Dios.
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