Girona (Cataluña - España), 10 de enero de 2016 / Cartas al Director / Enric Barrull Casals
En el domingo del Bautismo del Señor, que concluye el tiempo de Navidad, el Papa Francisco se refirió al pasaje del Evangelio que describe lo sucedido en la orilla del Jordán: cuando bautiza a Jesús y el cielo se abre. “Los ‘cielos abiertos’ – dijo – indican que Dios ha donado su gracia para que la tierra de su fruto. De este modo la tierra se transforma en la morada de Dios entre los hombres y cada uno de nosotros tiene la posibilidad de encontrar al Hijo de Dios. Lo podemos encontrar realmente presente en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía. Lo podemos reconocer en el rostro de nuestros hermanos, en particular en los pobres, en los enfermos, en los encarcelados, en los prófugos que son, la carne viva del Cristo sufriente y la imagen visible del Dios invisible”.
El Papa destacó además que el Espíritu Santo, que animó la vida y el ministerio de Jesús, es el mismo que guía la existencia cristiana y afirmó que “un cristiano y una comunidad “sordos” a la voz del Espíritu Santo que nos impulsa a llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra, se transforman también en un cristiano y una comunidad “mudos” que no hablan y no evangelizan.
El Papa concluyó pidiendo a la Madre de Dios que acompañe el camino de todos los bautizados para crecer en el amor hacia Dios y en la alegría de servir al Evangelio.
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