Girona (Cataluña - España), 21 de febrero de 2016 / Cartas al Director / Enric Barrull Casals
El cardenal Ratzinger, después Benedicto XVI, decía: “El éxito, el prestigio, la tranquilidad y la comodidad son los falsos dioses que más impiden la verdad y el verdadero progreso en la vida personal y social. Cuando aceptamos esta primacía de la verdad, seguimos al Señor, cargamos con nuestra cruz y participamos en la cultura del amor, que es la cultura de la cruz”. (El camino pascual, p. 28).
Pero ahora la sociedad, los que nos rodean, nosotros mismos, lejos de seguir por la senda de Jesucristo, seguimos por la senda pagana, o sea, adoramos a dioses falsos, creados por ellos mismos, esos idolillos absurdos que van desde los famosos de la televisión o del futbol, a los modos de vestir o de comer, el éxito o la tranquilidad. Fines absurdos en la vida, dioses falsos.
Se busca, denodadamente, no la cruz sino la comodidad. Nos la ofrecen de mil modos publicitarios, a cual más invasivo, de manera que nos hacen creer que es lo mejor, y se hace difícil sacar del aislamiento a tanta gente que va a lo suyo. Esto es lo que nos tiene que preocupar seriamente, y es lo más difícil de desarraigar. Este debe ser el mensaje cristiano y el ejemplo que deben, debemos, proponer los seguidores de Cristo.
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