Girona (Cataluña - España), 11 de abril de 2016 / Cartas al Director / Jesús Domingo Martínez
El no holandés en el referéndum sobre el tratado comercial de la Unión Europea (UE) con Ucrania, sin ningún lugar a dudas, tiene un vencedor: Vladimir Putin. Resulta paradójico este resultado precisamente en el país que más activamente pedía una acción contundente frente a los separatistas pro-rusos, después de que estos derribaran en 2014 un avión procedente de Ámsterdam en el que murieron muchos ciudadanos holandeses. El Acuerdo de Asociación rechazado por el electorado holandés es el mismo que se negó a firmar Viktor Yanukovich en 2013, lo que originó las protestas ciudadanas pro-europeas en Kiev, la caída del gobierno y, finalmente, la intervención rusa.
Con este hecho y con todo el proceso ucraniano, la UE, desde mi punto de vista, ha ofrecido un espectáculo bochornoso en esta crisis y el referéndum holandés apuntala esa imagen de irrelevancia internacional, si bien es cierto que, en la práctica, Bruselas y La Haya deberían encontrar una “solución técnica” sin demasiados problemas. Lo peor de todo es el reforzamiento de las posiciones euroescépticas a dos meses del referéndum británico, o más bien, la sensación de que los principales partidos son incapaces de articular una respuesta.
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