Girona (Cataluña - España), 27 de abril de 2016 / Cartas al Director / Enric Barrull Casals
Se equivocan tanto quienes con trazo grueso afirman que la nueva Exhortación del Papa Francisco no aporta ninguna novedad como quienes aseguran que todo es nuevo y revolucionario. Como ha recomendado Mons. Mario Iceta, el texto hay que leerlo reposadamente y de forma integral para no distorsionar un documento con muchas ideas e intuiciones que abre un modo nuevo de enfocar la pastoral familiar, en el surco de la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
Puede existir la tentación de saltarse los siete primeros capítulos e ir al octavo, donde se habla, entre otras fragilidades, como las llama el Papa, de la situación de los divorciados vueltos a casar civilmente. En el mencionado capítulo octavo, el Papa subraya tres palabras clave: acompañar, discernir e integrar. Acompañar a cada persona, independientemente de la situación en la que se encuentre. Discernir ante Dios, en tradición muy ignaciana, cada situación particular. E integrar, recordando siempre que estas personas no están excomulgadas, sino que forman parte de la Iglesia.
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