Ramón Trujillo, concejal de Izquierda Unida Canaria (IUC) en Santa Cruz de Tenerife, denuncia que el pasado día 16 el edil Dámaso Arteaga asistió a la misa, oficiada en la Parroquia de San Fernando, por la memoria del general García Escámez, un golpista que luchó contra el gobierno democrático, durante la Guerra Civil, y que, en 1938, combatió contra sus compatriotas con voluntarios fascistas llegados de Italia. En Arrecife se le quitó su nombre a una calle y en Las Palmas de Gran Canaria a un colegio para cumplir con la Ley de Memoria Histórica.
El edil progresista critica que el párroco describiera al represor franquista como hombre “bueno y de naturaleza sencilla y muy justo en sus decisiones”. Para el portavoz municipal de IUC no se entiende “la participación de integrantes de las fuerzas armadas y del propio alcalde de la ciudad en algunos actos del día 16. Algo equivalente sería impensable en países como Alemania o Italia”.
Trujillo afirma que carece de sentido “homenajear la política social de quienes se caracterizaron por destruir los derechos de la ciudadanía y provocaron un retraso decisivo en el desarrollo de las políticas sociales en nuestro país. Reivindicar hoy el compromiso social de García Escámez con la construcción de barrios es como reivindicar el compromiso social del narcotraficante Pablo Escobar con la construcción de barrios en Medellín. Los violentos con poder usan las obras sociales para legitimarse”.
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