Agaete (Gran Canaria - Canarias), 18 de junio de 2016 / Artículo de opinión / Fernando Baéz - Sacerdote.
... de jovencillo y desde antes, desde la niñez vengo oyendo aquello de: “¡ésa es una cabra!”, o algo parecido, que con referencia a alguna muchacha algo ligera, pues, no necesitaba más explicación. No decía bien de ella; pero, es que se ha extendido a los varones, y uno mismo no se ha librado de esa calificación-comparación.
Sucedió, comentaron en una entrevista al ca-morales (el matacabras del cabildo), algo sobre el escrito que la comisión europea me envió, dándome explicaciones de su opción contra el cabildo que las mata, sin su aprobación, éste respondió como todo comentario, con un lacónico y breve: “¡algunos, están como cabras!”, con referencia a mí persona, y sin más pasó del tema.
A mí se me antoja, que ligeras de casco las primeras, y locos los segundos; pues, que se sepa: comparación más digna nuca escuché. Ojalá hubieran muchos que fueran o estuvieran como cabras, que símbolo de altura, y de ascenso, mejor no hay, y son todo un ejemplo para los que nacieron bajo su signo zodiacal, y en general para todos, que al margen de eso, simplemente por el bien que hacen a la humanidad, bien merecen hayan muchos sean como ellas, y como ellas superarse, ascender, subir, salir de lo bajo y rastrero, etc.
Y es que uno, en lugar de haber nacido bajo el signo de Leo, de haber podido elegir hubiera nacido como Jesucristo, san Juan de la Cruz, y otros tantos grandes donde los hayan, que nacieron bajo el signo de la cabra.
El Padre Báez, comentando un dicho muy popular, y que tiene como referencia a las cabras, si bien con significados tan diferentes según sea el sexo de la persona o su situación mental, a la que se las comparan. Y, aunque no doy explicación, sino el simple de pasada, lo dejo para que el amable lector de estos comentarios de un servidor, encuentre alguna semejanza, en la que los humanos debamos imitar o ser como las cabras.
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