Girona (Cataluña), 29 de julio de 2017 / Cartas al Director / Jaume Catalán Díaz
La información sobre el asesino del Manchester Arena, el repetido esquema de actuación y su entramado criminal, confirman la magnitud de la amenaza que representa el terrorismo yihadista. Una amenaza que, por desgracia, va a permanecer en el tiempo, y que desafía las formas tradicionales de combatir al terrorismo.
Mientras el Estado Islámico pierde terreno y se repliega en Siria e Irak, aumenta el riesgo de atentados en todo el mundo, llevados a cabo por células durmientes o individuos aislados radicalizados más o menos a distancia. Todo esto implica la necesidad de una actuación coordinada global. Esta nueva forma de terror, que no sabe de fronteras ni de enemigos visibles e identificados, exige nuevas estrategias de seguridad.
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