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martes, 2 de agosto de 2016

Gallinas con el rabo cambado...

Agaete (Gran Canaria - Canarias), 02 de agosto de 2016 / Artìculo de Opiniòn / Fernando Báez - Sacerdote.

... eso oí en Sevilla de un agüimense (no era Antonio Morales, sino Bernardino Romero, que, hablando de su pueblo [Agüimes], dijo, el viento era tanto y tan constante, que hasta las gallinas tenían la cola cambada. Y esto me recuerda a los que por presión o empuje y faltos de personalidad propia y de ideas suyas, acepta las de otros y cuales marionetas o aspas de un molino de viento, no dejan de dar vueltas y son como norias, faltos de ideas firmes, seguras, ciertas, y así los vemos que una vez te dicen una cosa, luego dicen otra, y es que los hay faltos de principios y son como veletas, y mientras digo o escribo esto, me pasan por la mente las gentes del cabildo, pobres hombres que primero te dicen blanco, y después todo es negro, que vienen a dar vida, y solo matan: matan cabras, matan raíces, matan suelos, matan tierras, matan todo lo que debieran respetar, y así ahí tenemos las cabras muertas por los riscos, por los riscos plantando pinos; y, ¿para qué seguir? Son como barcos a la deriva, sin rumbo y sin puerto donde arribar, sino dando golpes y timbalazos a diestro y siniestro, destrozando todo sin arreglar nada, y ello, porque un pueblo drogado por el fútbol, otra cosa no ven sino goles; y el gran gol, el golazo es el que nos está metiendo el cabildo con lo de Veneguera y las cabras, las mismas que debemos, tenemos que salvar, al igual y a la par.

El Padre Báez, que suplica, de cara a la posteridad, pensando en los que vienen detrás o vendrán, que no desgracien la isla con 350.000 pinos más, por eso pido encarecidamente se sumen a este proyecto de evitar se plante ni uno solo de esos malos árboles en número de 350.000 que quieren desgraciar a Veneguera primero y después seguir hasta cuarenta años más, hasta copar y repletar la isla de solo pinos, que se comerán sabinas, viñátigos, cedros, acebuches, etc., pues el pino es depredador, y no permite a otro árbol le acompañe o haga sombra, ¡se los carga a todos!, y al final, esto será un todo y solo pinar, sin un solo almendrero, ni donde plantar un cesto de papas. Esto hay que evitarlo, nos cueste la vida, y de ahí el repetido -y de nuevo- grito desesperado de: ¡SALVEMOS VENEGUERA DE LAS TROPELÍAS DEL CABILDO!

Ya saben, los miércoles no debemos comprar absolutamente nada. Y salvarán Veneguera.

Tomen nota los comerciantes, y cierren los miércoles (lean lo que me comunica el amigo tertuliano, crítico y abogado Don Juan Francisco Ramírez):

Apreciado don Fernando (Padre Báez); he leído el comentario del digital Bentayga, en el suyo, diciendo, entre otras cosas: "...vayan a buscar en la basura..."; he de expresar que, lastimosamente, algunos ciudadanos ya están buscando en los contenedores de basura.

En cuanto al lema "NO COMPRAR LOS MIÉRCOLES, PARA SALVAR VENEGUERA y ANULAR UNA LEY DE SUELO, QUE FACILITA LA ESPECULACIÓN DE NUESTRAS ISLAS", debiendo añadir que NO estamos contra de los comerciantes y empresarios que aman a Canarias; es más, desde estas pocas líneas les invitamos a contribuir con la propuesta ciudadana, mediante la práctica de cerrar sus comercios, todos los miércoles, hasta tanto se paren las leyes contrarias a los intereses generales del pueblo canario; no debemos obviar que, también a los comerciantes les afecta el futuro del pueblo, del cual forman parte y del que obtienen sus ingresos; por otro lado los comercios isleños, de seguir así las cosas, terminarán por cerrar sus puertas, o entregarse a manos de capitales depredadores foráneos carentes de sentimiento y patria, pues han fiado sus anhelos idolatrando al "Becerro de Oro" (Antiguo Testamento: Éxodo); rechazando y negando las enseñanzas del Creador.

Confiamos al buen Dios, Padre todo poderoso, para que nos ilumine, auxilie y proteja, contra los que tratan de ningunear o alienar al pueblo canario, induciéndolo a la idolatría del consumo y la adoración de un materialismo alienante y deshumanizado.

Así mismo; resulta apropiado recordarlo: "LA CLASE POLÍTICA ESTÁ AL SERVICIO DE LOS CIUDADANOS, NO PARA SERVIRSE DE ELLOS, A SU CAPRICHO Y ANTOJO"; la política es una cuestión de vocación de servicio y entrega a los asuntos públicos, jamás deberá ser tenida cual profesión.

NOTA: A nadie se le obliga estar en política, es una opción personal de carácter voluntario y altruista, por parte de aquellos con vocación de servicio a la colectividad; por lo tanto, los que no estén conformes con ello, deben renunciar o abstenerse de formar parte de tan noble y probo grupo de servidores de lo público.

Padre Báez, reciba un atento y respetuoso saludo.

“...cabalga glorioso por la verdad y la justicia...” (salmo 44). / “... llegó el momento...” (Ef 1, 3-10).

sábado, 16 de julio de 2016

Llamemos las cosas por su nombre (1)...

Agaete (Gran Canaria - Canarias), 16 de julio de 2016 / Artìculo de Opiniòn / Fernando Báez - Sacerdote.

... no hay cabras guaniles, ni asilvestradas, solo hay cabras en rebaños, o libres (también individuales o en pareja o en varias según su dueño). En cuanto a las libres, ¿por qué eliminarlas? El pueblo (y eso es democracia), no lo acepta, sencillamente: no quiere se las maten, las maten. No hay argumento válido para exterminarlas. Cierto, el cabildo se mueve por dinero auropeo (ahora ya sin Inglaterra). Pretende el cabildo acabar con todo (agricultura, ganadería, pesca, yacimientos arqueológicos, etc.). ¡Y mira que les damos argumentos de peso, peo pasan de ellos; se creen dios! Parece les encantan matar cabras (a ser estudiado por psiquiatras). Les encanta enfrentarse y llevar la contraria al pueblo, a la masa, a la totalidad. Lo que hacen estos inútiles ya lo hizo Bravo de Laguna y antes otros, pero nunca como cabricidio, sino controlando el ganado. Nunca hasta ahora  a tiros. Y no es de recibo que porque otros en otros lares las matan las tengamos que matar nosotros (de entrada son cabras bien diferentes; las otras si desaparecen todas no es problema, si desaparecen las nuestras desaparecen la mejor raza del mundo de cabras). Es el cabildo quien crea un problemón. Ningún pastor o dueño de cabras las sueltan; otra cosa bien diferentes que se escapen algunas y se reproduzcan y ellas mismas se controlan. Siempre que una cabra se pierda, debe volver a su dueño, y ello según arraigada costumbre y por derecho de propiedad y ley, que nadie me mate un animal mío (castigado además por Derecho). Maten conejos, codornices, culebras, serpientes, pardelas, ratones, lagartos, gatos, ardillas..., y cuanto quieren, pero no cabras. Las cabras libres son las responsables de la biodiversidad, en un medio donde el hombre no puede llegar, y están donde a nadie y nada hacen daño, sino sumo y gran bien. Todo día las cabras en granjas, cuadra, corrales, cuevas o en azoteas, van a necesitar de los machos libres para mejorar la raza que se enferma con piensos, ya que no se les permite coman hierba, y esa reserva que son las cabras libres debe ser como algo sagrado.

El Padre Báez, que descubre las mentiras del cabildo: las cabras no son invasoras, no hay endemismos, las cabras no son depredadoras, etc. El cabildo tiene proyectado en cuarenta años, llenar la isla totalmente de pinos, y para ello necesitan todo el terreno, por eso matan las cabras, no permite otra ganadería que no sea la de perros, y acaba con la agricultura, en lugar de cabras y papas, ponen y plantan pinos para que la isla recupere el estado boscoso anterior a la llegada de los guanches, (siglo IV antes de Cristo). Pretenden devolver a la isla su estado boscoso, umbrío, lluvioso, anterior a la llegada de los guanches, y han calculado que sin parar durante cuarenta años, consiguen su objetivo y a tal fin preparan el terreno: ¡fuera agricultura!, ¡fuera ganadería!: solo pinos. Y en ello están emperretados, irracionalmente.

Sin Don Jacinto, como con el Guanche, el programa televisivo (Mírame-TV [Gran Canaria Televisión]), no tendría sentido; ellos ponen el contrapunto, el complemento, la nota distinta:

¡Buenos días, Padre Báez!

Acaba la temporada de #Padre Báez; gracias a su amable invitación, para que le acompañase a filmar, he visitado algunos lugares desconocidos de nuestra Isla. No pude ir al Bentayga y me perdí Ansite (sitios que hace tiempo no visito) ¡¡Lástima!!
       
Me gustaría manifestar mi agradecimiento: al Padre Báez, al periodista Juan Antonio  Peña y al Guanche, porque han hecho que fuese uno más del programa. Igualmente a quienes nos han acompañado a las grabaciones, que  han sido gente maravillosa y magníficos compañeros.
       
Muchas personas me dicen que me han visto con el Padre Báez por la tele, lo cual es síntoma de que "hay audiencia". Cosa que pudimos comprobar, y supongo, que le resultaría altamente gratificante, cuando en Maspalomas, un bañista  --Carlos-- le reconoce y dice que ve su programa --mientras estudia Finanzas-- en la Pérfida Albión (Inglaterra). Seguro que añorando esta tierra, tan malquerida y maltratada por sus habitantes.
       
Para mí ha sido un honor finalizar discutiendo de arte con Fernando Báez Santana.  (En las artes apreciamos la auténtica dimensión del ser humano) Con el Padre Báez me agradaría hacerlo la próxima temporada. ¿Seguiremos? El formato gusta y...
       Bueno, don Fernando. Cuidado por esos mares p' fuera, nosotros somos de secano.
       -- ¿Que usted es de regadío? Ja, ja, ja... ¡Arráyese un par de millos! Y los planta en el labrantío de los Báez!  No se los eche a las gallinas.

“...fueron apedreados, torturados, aserrados, pasados a filo de espada, anduvieron errantes, cubiertos con pieles de oveja y de cabras, desprovistos de todo, oprimidos, maltratados, de quienes no era digno el mundo, errantes por los desiertos, las montañas, las cavernas y las cuevas de la tierra...” ¿Son los "wantxes" del Padre Báez? ¡¡¡No!!! Como Don Fernando es, ante todo, un hombre de Fe, hago esta despedida-homenaje  con un trozo de  Hebreos 11, que casi refleja el final del mundo aborigen

“... tienen orejas y no oyen...” (salmo 134). / “... nos asedian con toda clase de pruebas...” (St 1, 2-4). / “... nos tienen como a inválidos...” (salmo 87). / “... nos abandonan...” (Jr 14, 5).