Barcelona (Cataluña - España), 20 de octubre de 2014 / Cartas al Director / Eva N Ferraz
El cardenal Burke ha sido depuesto de la Signatura Apostólica para ocupar un cargo muy inferior, ¿después? de haber afirmado que el Papa “está perjudicando a la Iglesia”, que ha "hecho mucho daño" por no fijar "abiertamente cuál es su posición" y que parece que el Sínodo ha sido preparado para "debilitar las enseñanzas y la praxis de la Iglesia" con su bendición”. Y añade: “El Papa no es libre de cambiar las enseñanzas de la Iglesia con respecto a la inmoralidad de los actos homosexuales, ni la indisolubilidad del matrimonio, ni cualquier otra doctrina de la fe".... “Si Francisco ha seleccionado a ciertos cardenales para obligar al Sínodo a hacer suyo sus puntos de vista sobre divorcio y homosexualidad, dijo, entonces no estaría cumpliendo su deber como Jefe de la Iglesia Católica”. (Entrevista a BuzzFeedNews)
Por su parte, el Cardenal Pell, afirmó: “Con respecto a la Relatio post diseptationem emitida, es tendenciosa, sesgada y no representa con precisión el parecer de los padres sinodales”
He aquí un párrafo elocuente del texto emitido por la Asamblea Extraordinaria (18 de octubre): ''Los P. Sinodales, reunidos en Roma junto al Papa Francisco en la A. Ex. del Sínodo de los Obispos, nos dirigimos a todas las familias. (…) hemos reflexionado sobre el acompañamiento pastoral y sobre el acceso a los sacramentos de los divorciados en nueva unión”.
En el Evangelio, Jesús define como adulterio el repudiar al cónyuge y contraer nuevas nupcias. Es un pecado grave contra el 6º Mandamiento que ningún jerarca de la Iglesia puede excluir sin caer en herejía. Además empuja a la recepción sacrílega de la Eucaristía.
Quizá se produzca una rectificación, o tal vez un cisma, pero lo que es seguro es que habrá gran confusión y perjuicio en las conciencias.