Girona (Cataluña), 3 de diciembre de 2014 / Cartas al Director / Jaume Catalán Díaz
Durante su viaje a Turquía, después de un encuentro privado con el Presidente del DIYANET, el Santo Padre, mantuvo un encuentro con las autoridades en el Palacio Presidencial, seguidamente ambos se dirigieron a los medios de prensa.
El Pontífice en su discurso resaltó las “buenas relaciones y el diálogo entre los dirigentes religiosos” de ese país, Turquía, esto dijo, es “un claro mensaje dirigido a las respectivas comunidades para expresar que el respeto mutuo y la amistad son posibles, no obstante las diferencias”.
Posteriormente, dirigiéndose a los dirigentes religiosos señaló que, “tenemos la obligación de denunciar todas las violaciones de la dignidad y de los derechos humanos. La vida humana, recordó el Papa, es un don de Dios Creador y tiene un carácter sagrado”. Por tanto, denunció Francisco, “la violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena, porque el Todopoderoso es Dios de la vida y de la paz”.
Finalmente invitó a tener siempre presente que “el común reconocimiento de la sacralidad de la persona humana sustenta la compasión, la solidaridad y la ayuda efectiva a los que más sufren”. A este propósito, dijo el Papa, “quisiera expresar mi aprecio por todo lo que el pueblo turco, los musulmanes y los cristianos, están haciendo en favor de los cientos de miles de personas que huyen de sus países a causa de los conflictos”. Y esto es un ejemplo concreto de cómo trabajar juntos para servir a los demás, un ejemplo que se ha de alentar y apoyar, exhortó el Pontífice. Esperó que se tenga en cuenta en las conversaciones que se están llevando a cabo en estos momentos.