Girona (Cataluña), 31 de diciembre de 2014 / Cartas al Director /Jaume Catalán Díaz
Él, Jesús, con su nacimiento viene a traer al mundo el don de la paz: “En la tierra, paz a los hombres que él ama” (Lc 2, 14), como anunciaron a coro los ángeles a los pastores. El don precioso de la Navidad es la paz, y Cristo es nuestra paz verdadera. Y Cristo llama a nuestros corazones para darnos la paz. La paz del alma. Abramos las puertas a Cristo.
Nos encomendamos a la intercesión de nuestra Madre y de San José, para vivir una Navidad verdaderamente cristiana, libres de toda mundanidad, dispuestos a acoger al Salvador, el Dios-con-nosotros.