Girona (Cataluña), 21 de noviembre de 2014 / Cartas al Director / Jesús D Mez Madrid
Los datos sobre la economía europea que se dieron a conocer en Bruselas confirman que vivimos una situación preocupante. Durante el tercer trimestre del año se esquivó la recesión por los pelos. Hubiera sido la tercera recesión desde que comenzó la crisis. La eurozona creció un 0,2 por ciento de julio a septiembre cuando, solo lo había hecho un 0,1 por ciento en los tres meses anteriores. Es un triste consuelo estadístico. Estamos hablando de décimas. Digámoslo claramente: estamos estancados. La OCDE lo advirtió hace pocos días. La tasa de desempleo no baja sustancialmente.
Las conclusiones son evidentes. La política de inyección de liquidez del Banco Central Europeo no ha sido suficiente. Los ajustes y las reformas, necesarios, no han conseguido un sistema productivo capaz de competir en un mundo global. Hace tiempo que habría que haber puesto en marcha un plan de inversiones públicas, no siguiendo el viejo modelo centrado en infraestructuras sino focalizado en el conocimiento. La unión bancaria, por otra parte, ha llegado demasiado tarde y no ha permitido hasta ahora que fluya el crédito. Es necesario, por otra parte, asegurar la sostenibilidad de nuestro sistema productivo y de bienestar. Habrá que empezar a plantearse como hacemos la transición del estado a la sociedad del bienestar para que el modelo que construimos desde la II Guerra Mundial perdure.