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sábado, 23 de julio de 2016

Ben Magec- Ecologistas en Acción cuestiona todos los proyectos de intervenciones en las costas de Canarias tras la destitución del Jefe de Costas de Canarias por irregularidades en el proyecto de Tauro

Canarias (España), 23 de julio de 2016 / Medioambiente - destitución del Jefe de Costas de Canarias / Gabinete de Prensa.

Tras la sorpresiva noticia de la destitución del Jefe de Costas de Canarias, José María Hernández, por las irregularidades estudiadas por la Guardia Civil en el expediente de autorización al Grupo Anfi para las obras de “rehabilitación” y vertido de arena llevadas a cabo en la playa de Tauro, la federación ecologista canaria Ben Magec- Ecologistas en Acción de Canarias, plantea que tal vez deberían incrementarse las cautelas ya que en estas fechas se han puesto en exposición pública numerosos proyectos que afectan a nuestras costas y todos ellos bajo la jefatura del destituido José María Hernández.

“Lo que hemos podido leer en la prensa sobre los motivos de la destitución del Jefe de Costas de Canarias por parte de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente del gobierno español, es muy grave. Máxime cuando se están viendo investigadas las actuaciones de las cuatro administraciones implicadas, a saber Ayuntamiento de Mogán, Cabildo de Gran Canaria, Gobierno de Canarias y Ministerio de Medio Ambiente , siendo este último el responsable de la concesión administrativa para ocupar el dominio público marítimo terrestre. Todo esto aún es más grave cuando se ha constatado que existe un Informe Técnico en el que se advierte de diversas irregularidades urbanísticas en el proyecto.”

Según la federación ecologista canaria existen proyectos que acaban de terminar su exposición pública, por ejemplo el de Playa de San Blas en Tenerife, que afecta a los mejores sebadales de dicha isla; o la construcción de una playa una vinculada al Proyecto Rosa del Lago, en la isla de Fuerteventura; y los proyectos que se encuentran en exposición pública en estos momentos en las playas de Medio Almud (Tiritaña) y Los Frailes, en el sur grancanario, que además de dañar esa zona costera pueden afectar a las aves marinas nidificantes en la zona.

Vistas las irregularidades que la Guardia Civil estudia en el caso de Tauro y dada la irreparable afección que pueden suponer al territorio costero de nuestras islas, desde Ben Magec- Ecologistas en Acción se plantea que todos estos proyectos se “pongan en cuarentena y se paralice su desarrollo hasta que queden aclaradas las posibles irregularidades cometidas por la jefatura de Costas y si las mismas afectan a los demás proyectos en tramitación”.

Ben Magec- Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones al proyecto de la Playa de San Blas y prepara desde hace días las alegaciones a los proyectos de Medio Almud (Tiritaña) y Los Frailes, donde entre otros defectos y afecciones ambientales la federación alerta de que aparentemente no se encuentra el trámite administrativo que debe contemplar consultas a diferentes administraciones de la isla que tienen competencias en el mismo, lo que empobrece el expediente.

No obstante, tras la destitución del Jefe de Costas la federación ecologista considera que las circunstancias de claridad en los distintos procedimientos abiertos se han vistos marcadas por el escándalo de Tauro y que los mismos deberían replantearse por precaución, dada la fragilidad de los ecosistemas que se verían dañados en cada caso y por transparencia pública, ya que la ciudadanía de las islas tiene derecho a saber que los trámites administrativos de las obras públicas se ejecutan con limpieza y transparencia, y por supuesto sin la más mínima sombra de dudas sobre posibles trapicheos con empresarios, promotores o propietarios de proyectos en nuestras costas.

martes, 10 de diciembre de 2013

LA MONTAÑA DE TINDAYA UN SÍMBOLO DE CANARIAS


Reclamamos el derecho de la Montaña de Tindaya a ser reconocida por sus propios valores.

Fuerteventura (Canarias), 10 de diciembre de 2013 / Medio Ambiente / Gabinete de Prensa.

Atendiendo a la Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas, de 30 de enero de 2003, de declarar el día 11 de diciembre Día Internacional de las Montañas, alentando a la comunidad internacional a que organice actos a todos los niveles para resaltar la importancia del desarrollo sostenible de las montañas, la Federación Ben Magec- Ecologistas en Acción, quiere manifestar a la sociedad canaria la imperiosa necesidad de que la Montaña de Tindaya obtenga definitivamente su efectiva protección, tanto por sus excepcionales valores naturales,  como culturales, los cuales hacen de ese hito geográfico del archipiélago uno de los lugares no sólo más protegidos legalmente de las islas (Monumento Natural y Bien de Interés Cultural), sino uno de los más bellos y singulares.

Al mismo tiempo solicitamos de las instituciones públicas con competencias en la protección de la montaña de Tindaya, que se detengan, de una vez por todas, las amenazas, atentados, desfalcos y despropósitos que se han protagonizado en torno a ese emblema natural de Canarias y que se retire el proyecto de Eduardo Chillida, no sólo por las graves consecuencias económicas y patrimoniales que ha supuesto para la hacienda pública, sino por las importantes incertidumbres que rodean al proyecto y los enormes costes económicos que supondrán, desatendiendo las necesarias inversiones en protección, difusión y puesta en uso de los notorios y singulares valores que atesora la montaña. Solicitamos, también, que se depuren responsabilidades por la desaparición de más de 25 millones de euros gastados para la obra de Chillida, que nunca se ejecutaron. Alguno de los artífices de aquella operación, siguen ostentando cargos de responsabilidad.

Por lo tanto, reclamamos el derecho de la Montaña de Tindaya a ser reconocida por sus propios y múltiples valores.

Por ser, la montaña de Tindaya, el soporte de una de las manifestaciones arqueológicas más importantes de las antiguas poblaciones que habitaron las islas antes de la Conquista europea, las cuales dejaron para la eternidad decenas de huellas de pies grabadas en su superficie. Aquella legendaria población de Fuerteventura, los Majos, inmortalizaron su tránsito por estas islas, dejándonos esos símbolos de un gran valor espiritual y material. Pero además, habitaron en su base, hicieron ritos en sus laderas y controlaron el día y la noche desde su cima. Hoy eso sólo sería motivo suficiente para  que esa montaña que se erige de forma imponente en los Llanos de Esquinzo, sea un orgullo de estas islas Canarias, porque los bienes arqueológicos de Tindaya, son, desde luego, mucho más que los ridículos límites de protección que ha establecido el Cabildo de Fuerteventura.

Por ser, la montaña de Tindaya, la habitación y el cobijo de algunos de los más valiosos seres vivos que se adaptaron a estos espacios insulares. Resistiendo al aislamiento y a las duras condiciones ambientales, fueron capaces de crecer y resistir sobre la piel de la Montaña de Tindaya y hundir sus raíces como uniendo su destino al lejano destino de la roca. La cuernúa o caralluma buchardii, los acebuches achaparrados, el nauplius sericeus o jorjao o joriao, para le gente que desde siempre los conoció, igual que la tohía y otras tantas plantitas que han brotado y brotan en sus grietas. Por ser refugio, nido y alimento de aves milenarias, como las tarabillas, las aguilillas o los guirres que sobrevuelan sus crestas; por ser tránsito de ganados o escondrijo de las más pequeñas criaturas. Hoy sólo por eso, habría motivos suficientes para que esa montaña, que creció al poniente de La Muda, sea el orgullo de estas islas Canarias, pero a día de hoy muchas de esas plantitas tienen, la desgracia de crecer donde las grúas abrirán la escultura de Chillida.

Por ser, la montaña de Tindaya, el testigo de las entrañas de la tierra, cuando nació sumergida hace 18 millones de años, debajo de la primera isla que se asomaba sobre el mar. Allí fue creciendo por dentro de la tierra, una tierra de casi 2000 metros que vio desmoronarse a su alrededor, hasta que su dura piedra, en forma de pitón traquítico de bellas tonalidades, fue quedando sólo en la inmensidad de los Llanos de Esquinzo, sobreviviendo a vientos, lluvias, a volcanes cono las Ventosillas o la Quemada, a coladas y barrancos.  Pero su interior aún guarda los testigos del fuego y el frío, del agua y la gravedad, en forma de diques que atraviesa su cuerpo y brota como crestas grises y alargadas en sus blancas laderas. Por ser el milagro de aguas subterráneas en una isla castigada por la sed. Las fuentes de los Negrines, del Lomo Blanco, de las Higueras o de Los Guirres, son la prueba de ese líquido tan preciado. Hoy, esa piedra, tiene razones suficientes para que esa montaña, que reina en el paisaje, sea el orgullo de estas islas Canarias, y no el reclamo de oscuros negocios, que han despreciado lo hondo de nuestra identidad.

Por ser, la montaña de Tindaya,  compañía  y recurso de la gente que siempre ha vivido en su alrededor, que construyó canales y pilas, corrales y chozas, que le dio el nombre y se lo dio a sus alrededores, que la subieron por el viejo camino de la Virgen, que vieron brujas en su cima en forma de camello o que sabían que hablaba, que la montaña le hablaba a la Muda, al Aceitunal o a la Quemada. Por ser el trasfondo inmenso de esa joya arquitectónica que se levanta próxima, la Casa Alta, y que por ser y haber sido, se merece el destino de explicarse y explicar la historia de Tindaya y de sus montaña, como un nuevo orgullo de Canarias y no el museo de un artista ni la sede de una fundación que, más allá de formar parte también de esta triste historia reciente, no debe sustituir el alma de la propia montaña y el significado que se ha construido en tan dilatado tiempo.

Ben Magec, dedica este día a esta montaña, para resarcirla de la pena que lleva dentro y para airear la vida y la riqueza que atesora y que queremos que el mañana pueda disfrutar.