Señoras y señores miembros de la Corporación, señoras y señores alcaldesas y alcaldes, distinguidas autoridades, amigos y amigas…
Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 21 de junio de 2015 / Investidura - Toma de posesión / Josè Antonio Cabrera - ASSOPRESS,
En las elecciones celebradas el pasado 24 de mayo, la ciudadanía grancanaria votó mayoritariamente la lista de Nueva Canarias, otorgándome, al ser la persona que la encabezó y en aplicación de nuestro ordenamiento jurídico, el inmenso honor de ser nombrado presidente del Excelentísimo Cabildo de Gran Canaria.
Quiero ante todo manifestar a quienes nos han apoyado mi agradecimiento y el de cuantos integran dicha lista por la confianza que han depositado en nosotros para asumir la responsabilidad de gobernar esta institución, pero también a la ciudadanía que ha trabajado durante la campaña electoral para transmitir al conjunto de la población el mensaje y las convicciones que se desprenden de nuestro programa político.
Entiendo que esa confianza va dirigida, como les decía, a las personas que integramos la lista que resultó ser la más votada, pero también a una corriente de cambio profundo que da lugar a una mayoría holgada de progreso en la Isla de Gran Canaria, que significa una referencia para el conjunto de Canarias.
Soy consciente de que, al designarme presidente del Cabildo de Gran Canaria, el pueblo ha expresado un mandato claro, el de hacer realidad nuestras propuestas.
De modo que el primer mensaje que quiero transmitir como presidente a todos los grancanarios y a todos los miembros de la nueva Corporación insular es mi compromiso absoluto, mi firme intención, de dar respuesta a los deseos expresados mayoritariamente en las urnas por el pueblo grancanario.
Inmediatamente les hablaré en detalle de las bases inspiradoras de ese programa que ha sido elaborado desde unas profundas convicciones progresistas y enriquecido con las aportaciones de quienes van a conformar el gobierno de esta institución en los próximos años -Podemos, PSOE y NC-, que va dirigido a toda la ciudadanía, pero muy especialmente a quienes más sufren en estos momentos difíciles, a las personas más desamparadas, más desprotegidas de la sociedad.
A los que han perdido su empleo, los que se han quedado sin casa, los que tienen que renunciar a medicarse porque no pueden pagar los medicamentos,a ese cincuenta por ciento de jóvenes que vive en la angustia y la desesperanza porque se encuentra sin un trabajo con que afrontar sus vidas, que debe buscar en el extranjero lo que su país les niega y hacerlo en condiciones de subempleo y precariedad.
Es, más allá de los planes de choque contra la pobreza y el desempleo a que nos obligan nuestros planteamientos éticos, un programa que propone también un conjunto de medidas que pretenden generar modelos económicos alternativos y estímulos a la inversión productiva. Hacemos real nuestro compromiso. La decisión de más del 55% de los ciudadanos que votaron en estas últimas elecciones.